Muere Salvador Lucero, fundador del Bar Bahía y embajador de las tapas de Cádiz en New York

Salvador Lucero Bancalero, fundador del Bar Bahía en 1965, pionero embajador de las tapas gaditanas en New York allá por los años ochenta y miembro de una larga estirpe de hosteleros de origen asidonense afincados en Cádiz, falleció ayer a los 88 años de edad después de toda una vida dedicada a la que era su mayor afición: el trabajo bien hecho.

Como tantos otros niños de la provincia en las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado, Salvador Lucero llegó a la capital gaditana con apenas nueve o diez años. Se lo trajo de Medina Sidonia su hermana mayor, Isabel Lucero Bancalero, quien entonces regentaba el Bar Sáiz, en la esquina de la calle Cánovas del Castillo con Valverde, punto de venta habitual de las entradas del Cádiz CF y los toros, cuenta a este periódico Rafael, uno de sus hijos.

Salvador Lucero comenzó a trabajar en bares como El Nueve, La Económica y otros de la Plaza de San Juan de Dios y su entorno. Pero todavía muy joven y con muchas ganas de comerse el mundo emigró a Brasil. Se fue como mayordomo de un miembro de la familia García Agulló que ejerció como agregado naval de la Embajada de España en aquel país latinoamericano. Pero es llamado a filas y regresa para hacer el Servicio Militar. Una vez concluidas sus obligaciones trabaja una temporada en el bar Los Camarotes, pero no tarda en establecerse por cuenta propia. Lo hará gracias a la ayuda de su hermano Nicolás Lucero Bancalero, quien ya regentaba el mítico Bar Lucero en la Avenida del Puerto, establecimiento que fundó en 1958. Además del Lucero y el Bahía, otros miembros de aquella familia de once hermanos llegaron a regentar otros negocios de hostelería en Cádiz como El Sancho o El Serrallo.

Pero volvamos a la trayectoria vital y profesional de Salvador Lucero Bancalero. Como decíamos, con la ayuda de su hermano Nicolás – fallecido en 2013 a los 85 años– el hostelero gaditano-asidonense abrió las puertas del Bar Bahía, situado en la esquina de la entonces avenida Ramón de Carranza –hoy 4 de diciembre de 1977– con la calle Sánchez Barcaiztegui el 13 de julio de 1965, en vísperas de la festividad de la Virgen del Carmen.

Los aromas de las costillitas en adobo, de la berza, de la sangre en tomate y de los higaditos de pollo, siempre acompañados por un Rioviejo, que cocinaban Salvador y su esposa, Rocío Caro Calderón, perfumaron durante décadas aquel rincón privilegiado frente al Paseo de Canalejas. Hasta el punto de que llegaron a cautivar a la Sociedad Gastronómica ‘Garbanzo de Plata’, de New York, que en 1986 le invitó a la Gran Manzana. Una semana estuvo Salvador en el Café San Martin, de Manhattan, presentando a los exigentes paladares neoyorquinos las excelencias de las tapas de Cádiz. Así constaba en un recorte de Diario de Cádiz cuidadosamente enmarcado que presidía la sala del Bahía.

Salvador Lucero se mantuvo al mando hasta que se jubiló a los 68 años, pero siguió colaborando en lo que más le gustaba hasta cumplir los 75. En su pequeña cocina nunca entró un microondas y sólo utilizaba género fresco, comprado del día en el mercado. “Era un hombre muy trabajador, muy amigo de sus amigos, que siempre estaba bromeando y con quien todo el mundo se reía”, recuerda su hijo Rafael.

Descanse en Paz.