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Retrato de otra época

Gonzalo Ruiz, el sonriente santanderino que se hizo gaditano

  • Empezó su actividad profesional como botones en el Hotel París, en Madrid, con nueve años

La inauguración del bar ‘El Caminito’, situado en la calle Fermín Salvochea con Isabel la Católica. En la foto, el padre franciscano Nicolás Juez con Gonzalo Ruiz, Paco Sánchez de Cos y Pepín Gutiérrez, entre otros.

La inauguración del bar ‘El Caminito’, situado en la calle Fermín Salvochea con Isabel la Católica. En la foto, el padre franciscano Nicolás Juez con Gonzalo Ruiz, Paco Sánchez de Cos y Pepín Gutiérrez, entre otros.

El personaje que hoy describimos es Gonzalo Ruiz García, un santanderino que se hizo gaditano y tuvo el cariño, aprecio y reconocimiento de todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo. Durante su última etapa, se le podía ver en su librería de la calle Fermín Salvochea, con la sonrisa y amabilidad que siempre le caracterizó.

Gonzalo nació en un pequeño pueblo de Cantabria, Entrambasmestas, en 1931. Tras estudiar sus primeras letras, con nueve años se marchó a Madrid. Allí inició su actividad profesional como botones en el hotel París, donde se encargaba del ascensor y las maletas.

En 1945 llega a Cádiz a través de un amigo, José López, que más tarde sería su cuñado. Al llegar a la capital gaditana, comienza a trabajar como chicuco en la tienda de ultramarinos Honda, en la calle Fermín Salvochea (antes Obispo Pérez Rodríguez), junto con Gonzalo Córdoba. Recordaría siempre esta época de su vida como una etapa de aprendizaje , con nostalgia, a pesar de vivir las penurias de la época, donde dormían a veces debajo del mostrador de la tienda.

Tras unos años, se trasladaría a trabajar al cercano local de ‘La Perla del Caminito’, situado en la calle Fermín Salvochea con Isabel La Católica, que era un bar y ultramarinos, donde ocuparía el puesto de encargado. Tras un tiempo en el local, se hizo con el negocio y tras una reforma lo convirtió en bar. Como se puede ver en las fotos de la época, fue bendecido por el recordado padre de la orden franciscana Nicolás Juez.

Gonzalo Ruiz en el establecimiento de ‘La Argentina’, situado en la esquina de la calle Enrique de las Marina con Buenos Aires. Gonzalo Ruiz en el establecimiento de ‘La Argentina’, situado en la esquina de la  calle Enrique de las Marina  con Buenos Aires.

Gonzalo Ruiz en el establecimiento de ‘La Argentina’, situado en la esquina de la calle Enrique de las Marina con Buenos Aires.

En 1964 sale de dicho local para comenzar otra actividad profesional en la calle Buenos Aires esquina Enrique de las Marinas (actualmente la galería Nando), donde monta el ultramarino ‘La Argentina’.

Ya después de unos años desempeñando su actividad profesional en este negocio, decide abrir una papelería, pues siempre le llamó la atención el mundo de la papelería, la prensa, los libros, el papel o los cuadernos.

Se traslada de nuevo a su querido barrio de San Carlos y en Fermín Salvochea abre en 1974 la papelería Mío Cid. Le iba a poner de nombre a la papelería ‘Cid’, por el pueblo de su mujer, pero su amigo Antonio Castañeda le sugirió que le pusiera ‘Mío Cid’. Esta papelería ha sido visitada por muchas generaciones de gaditanos, donde aparte del buen servicio, siempre había una sonrisa y una palabra amable de su propietario. Gonzalo Ruiz fallece en junio de 2017. Sus hijas Mónica y Celia siguen la trayectoria profesional de su padre en la actualidad en el negocio de la papelería.

Gonzalo Ruiz conoció a su mujer, María Luisa Guijarro Rodríguez, en una foto en la revista de la época titulada El Santo, donde ella aparecía como dama de honor de la revista. Decidió escribirle y comenzó con una relación epistolar. Más tarde se trasladó al pueblo de Fuentecen, en Burgos, acompañado por su amigo el párroco de Santander don Pedro; tras conocerla y después de unos meses, decidieron casarse. Tuvo tres hijas Raquel, Celia y Mónica. Fue un hombre muy religioso y recibió la insignia de la Hermandad del Caminito, a la que estuvo siempre muy ligado desde que llegó a Cádiz debido a la cercanía de todos los negocios que había desempeñado.

Agradecimiento a sus hijas por la colaboración en este artículo.

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