El Gobierno español decide cerrar la frontera con Gibraltar

L Consejo de Ministros, presidido por el Jefe del Estado, decidió el cierre total de las comunicaciones terrestres entre España y el peñón de Gibraltar.

Una orden de la Presidencia del Gobierno dispuso que, a partir del día 9 de junio, el puesto de policía y control de La Línea de la Concepción quedaba cerrado al tránsito de toda persona, sea cual fuere su nacionalidad o la documentación que presente, sin excepción alguna. Otra orden del Ministerio de Hacienda suprimió de modo definitivo el puesto aduanero de La Línea.

Dado que estas disposiciones implicaron la imposibilidad de que la mano de obra española se trasladara a Gibraltar, el Gobierno acordó las medidas de urgencia necesarias para que dichos trabajadores no sufrieran en absoluto el más mínimo perjuicio económico. A tal fin se garantizó la percepción íntegra de los haberes que obtenían en la colonia, hasta su incorporación a nuevos trabajos. La medida fue justificada por el Gobierno español a la vista de la intención británica de promulgar una nueva Constitución para

los gibraltareños con olvido absoluto de las recomendaciones de las Naciones Unidas.

Los derechos de España sobre Gibraltar reconocidos en el Tratado

de Utrech son vulnerados sistemáticamente por Gran Bretaña, señaló el Gobierno español al anunciar la medida.

Inglaterra reaccionó con normalidad ante la drástica medida española y anunció que no tomaría represalias.

Mientras tanto, los trabajadores españoles con domicilio en el peñón abandonaron voluntariamente la colonia momentos antes de su cierre definitivo.

"Un sentido patriótico en lo que, en honor a la verdad, impera en nuestro hombres del trabajo -nos ha dicho un portavoz de la Organización Sindical-. Le diré una cosa: anoche mismo, antes del cierre de la frontera, unos veinte trabajadores españoles que residían en la colonia, se vinieron a La Línea voluntariamente. A ellos por residir allí, no les afectaba la medida tomada. Lo han hecho por solidaridad con el Gobierno español en sus reivindicaciones legítimas sobre La Roca".

Un bello gesto, sencillo, espontáneo y patriótico.