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De andar por casa | Calle Benjumeda

Decoración con música

  • Los diseños y creaciones de sus propietarios, junto al arquitecto Javier Freire, han hecho posible la creación de este espacio único e irrepetible en la calle Benjumeda de Cádiz

En un espacio abierto se ubica el comedor, el salón y la cocina.

En un espacio abierto se ubica el comedor, el salón y la cocina. / Lourdes de Vicente

La arquitectura y diseño interior de esta casa refleja en cada espacio y rincón la personalidad de sus propietarios, el alemán Dieter Gölsdorf y la madrileña Paloma Díaz del Águila.

Este matrimonio, tras pasar temporadas en Zahara de los Atunes en casa de su amigo Chechu ‘El Gran Wyoming’, decidió un día visitar Cádiz y ese fue el comienzo de la historia.

Tras la visita se quedaron fascinados con la ciudad y su gente. Decidieron adquirir una vivienda en Cádiz y dejar su residencia de Madrid. Después de varias visitas posteriores, adquirieron una casa antigua que estaba en ruina, cerrada desde hacía años, en la calle Benjumeda. Tras una obras que se alargaron dos años y con la ayuda del arquitecto Javier Freire, crearon este espacio único e irrepetible, donde la luz natural es la protagonista de todo el interior.

La casa tiene una superficie de 350 metros cuadrados repartidos entre la planta baja y dos plantas superiores. En la planta baja se sitúa un patio que conduce al taller del propietario y a una cabina de ensayo. La primera planta cuenta con el salón, comedor, cuarto de invitado, baño y cocina. Y en la planta superior se ha dispuesto un estudio junto a una gran terraza descubierta y el dormitorio principal de la casa con su baño. Desde la terraza de la segunda planta hay una escalera de caracol que lleva al solarium.

El elemento decorativo que protagoniza la decoración de la casa es la guitarra, muchas diseñadas por su propietarios y otras de su colección particular.

El diseñador de guitarras Dieter Gölsdorf, ante una de sus creaciones en el taller de su casa. El diseñador de guitarras  Dieter Gölsdorf, ante una de sus creaciones en el taller de su casa.

El diseñador de guitarras Dieter Gölsdorf, ante una de sus creaciones en el taller de su casa. / Lourdes de Vicente (Cádiz)

En la planta baja se ha utilizado la loza de Tarifa que combina con algunas piezas de mármol, tanto en la entrada como en el patio. En este espacio se ha colocado un original mueble francés años 40 del siglo pasado, inspirado en la escuela alemana de S. Bauhaus, que da la bienvenida a la casa. Junto al mismo, una carta del presidente Obama, en agradecimiento a Dieter Gölsdorf por el envío de una de las guitarras diseñadas por él. En el taller se puede apreciar una colección de trémolos realizados por su propietario.

En el patio junto a la pared, una pareja de sillones de la firma Mauser y en la parte superior junto a una serie de guitarras, una gran foto que representan las manos del componente del grupo Rolling Stones Keith Richards, firmado por Sebastián Krúger. La planta baja finaliza con la cabina de ensayo, lugar donde graba y toca música. Este piso se comunica con las dos plantas superiores a través de unas escaleras de madera e hierros que permiten traspasar la luz del exterior. El primer tramo de escalera se utiliza para exponer la colección de guitarras y en el segundo para mostrar las guitarras diseñadas por él.

En la primera planta entramos ante un gran espacio abierto donde se ubica el salón, comedor y cocina. En el salón preside su parte central una mesa redonda de la firma Mauser, con la tapa tapizada en rojo con cristal la cual se soporta por un tubo cromado. Este espacio se encuentra rodeado por libros, que descansan sobre unas estanterías de madera e hierro de estilo japonés, diseñada por su propietaria.

El comedor lo protagoniza una mesa de cristal de gran tamaño también de Mauser, junto con seis sillones de la escuela Bauhaus. Las lámparas, otra de las pasiones de sus propietarios, que ilumina estos espacios son de Sistrah de los años 30 del siglo pasado.

Terraza de la casa. Terraza de la casa.

Terraza de la casa. / Lourdes de Vicente

La cocina es un espacio abierto. Se utiliza el lacado rojo para sus muebles, que combina con el color de madera natural de la encimera. Su isla central es de Ikea. De su techo cuelgan una serie de pescados de la bahía realizado en papel maché. En este espacio destaca la originalidad de la lámpara de los años 30 del siglo pasado.

En la segunda planta se encuentra la terraza con un estudio y el dormitorio principal con su baño. Digno de mencionar es la cama del dormitorio principal, que representa un ring de boxeo de la escuela de Memphis.

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