Solidaridad

Dando peces mientras consiguen las cañas

  • La Fundación Dora Reyes frece ayudas a personas necesitadas, pero su objetivo es encontrarles trabajo

Pepe Cuadrado en la sede de la Fundación con un retrato de Dora Reyes al fondo.

Pepe Cuadrado en la sede de la Fundación con un retrato de Dora Reyes al fondo. / Jesús Marín

Intentar dar a las personas necesitadas la caña antes que el pez. Esa es la filosofía de la Fundación Dora Reyes, según su vicepresidente, Pepe Cuadrado Vergara. Pero reconoce que actualmente es difícil poder dar la caña, refiriéndose a un puesto de trabajo. Por eso, dice que "mientras no se consigue dar la caña, no hay más remedio que dar el pez para que puedan comer, porque si esperamos la caña, se mueren por el camino".

Ese pez al que alude son las diversas ayudas que ofrece la entidad a familias sin recursos de la capital gaditana y otras localidades de la Bahía. En concreto, el pasado año 2017, la Fundación Dora Reyes proporcionó ayudas por un valor total de 123.880,71 euros, además de repartir lotes de alimentos que recibe de Cruz Roja, atendiendo a unas 480 familias cada mes. Esas ayudas van desde el pago de recibos de agua, electricidad y alquiler, hasta la compra de muebles y electrodomésticos de segunda mano a través de Reto, el pago de recetas de farmacia, de material escolar, de gafas graduadas a niños, de prótesis dentales y permisos de ventas ambulantes, entre otras cosas. Asimismo, compran alimentos, sobre todo aceite y galletas (el año pasado hicieron 12 compras de alimentos por un total de 2.444,80 euros), para completar los lotes que reciben de Cruz Roja, y dan cheques a las familias para determinadas necesidades (en total, en 2017 dieron 3.544 ayudas en cheques por una suma de 102.152 euros).

Necesitamos más socios que nos ayuden para poder nosotros ayudar más"

Pero la Fundación también consiguió dar alguna "caña" el año pasado: encontró 18 empleos a personas que atiende la entidad. Pepe Cuadrado destaca que hay años en los que han conseguido hasta 68 puestos de trabajo. Señala que lo que más encuentran últimamente son trabajos de cuidado a personas mayores. "Antes había muchos de limpieza por horas, pero ya ni eso", se lamenta. Y cuenta que entre los años 1998 y 2000 envió a unas 78 familias a Castellón a trabajar, porque un amigo suyo era gerente de una empresa allí y necesitaba personal. Empezó enviándole tres trabajadores y a través de una empresa de trabajo temporal que tenía la hija de su amigo, llegó a mandar en los tres años más de 70 personas a Castellón.

El vicepresidente de la Fundación Dora Reyes quiere destacar que toda la labor que realiza la entidad es posible gracias a los socios, cuyas cuotas son su fuente de financiación: "Sin los socios, no podríamos hacer nada. Estamos muy agradecidos porque sin ellos, la Fundación no podría existir". Comenta que han llegado a tener 915 socios colaboradores, pero actualmente son entre 780 y 790, ya que algunos han fallecido y otros no pueden seguir dando su apoyo económico debido a la crisis.

Esta disminución de socios unido al aumento de familias que atienden, hace que hayan tenido que reducir las ayudas a cada familia para poder llegar a final de mes, ya que la sede, aunque es muy pequeña y sencilla, tiene también unos gastos. Por eso, Pepe Cuadrado hace un llamamiento a la población: "Pedimos colaboración, necesitamos más socios que nos ayuden para poder nosotros ayudar más. Hay muchas personas que necesitan ayuda y hay que ingeniárselas para poder ayudar en lo poco que se pueda", expresa.

Aunque la Fundación Dora Reyes se encuentra actualmente en una situación límite, hasta el punto de que no puede admitir más familias, su vicepresidente reconoce que "al final, al ver las necesidades de la gente, no tenemos más remedio que admitirlas a costa de tener que disminuir las ayudas. Nunca decimos que no podemos y buscamos la fórmula para atender a la gente que acude a nosotros porque vemos las necesidades. Nosotros no nos movemos como una ventanilla de Asuntos Sociales sino como una Cáritas religiosa, porque eso es lo que movía a Dora Reyes. Aquí no somos estrictos respecto a los requisitos y superamos nuestras propias normas si es en beneficio de la gente, porque lo que queremos es ayudar en todo lo que podamos". Asegura que se siente muy satisfecho con el trabajo que hacen en la Fundación y con las ayudas que se dan.

Para poder acceder a estas ayudas, la entidad requiere a los solicitantes una serie de documentos con objerto de conocer la situación de la unidad familiar, y estos los tienen que renovar cada año. Las familias son atendida por turnos (los dan de un mes para otro) los lunes, martes y miércoles "de cinco y media de la tarde en adelante. No tenemos horario de cierre", afirma Cuadrado, quien señala que suelen atender a unas 40 familias al día. Entre los documentos que tiene que entregar cada familia se encuentran certificados de empadronamiento, del INSS (para mayores de 18 años) del INEM (mayores de 18 años), certificado de la Junta de Andalucía de todos los miembros, la vida laboral (mayores de 18 años), el recibo del alquiler y el DNI de todos los miembros de la unidad familiar. Además, para darles de alta la primera vez, se les pide un escrito de su parroquia. Pepe Cuadrado explica que esto se hace a sugerencia del anterior obispo de Cádiz, Antonio Ceballos, "porque quería que todos los párrocos conocieran las necesidades de la gente, porque ni esta Fundación ni los asuntos sociales pueden arreglar los problemas de forma integral". Cuenta como anécdota que Ceballos daba cada año una aportación económica a la entidad y aunque ya no está en Cádiz, sigue colaborando con ella.

Cabe señalar que la Fundación lleva un registro exhaustivo de cada usuario, de las ayudas que se entregan y de los gastos; y todo está informatizado.

Para realizar su labor, cuenta con la colaboración de 20 voluntarios, y éstos reciben a las familias en los tres puntos de atención que tiene la pequeña sede de la entidad. "A todos se les atiende con el corazón. Los voluntarios vienen a gusto para darle a la gente lo que solicita y todo lo que necesita", manifiesta Pepe Cuadrado.

La Fundación se encuentra actualmente con un problema, y es que el local donde almacena los alimentos donados por Cruz Roja está muy deteriorado y no puede seguir usándose. Los últimos lotes de comida se entregaron el pasado mes de febrero, y ahora la entidad solo reparte galletas y aceite, que es lo único que puede almacenar en la sede, junto a los ordenadores donde se atiende a las familias. El vicepresidente indica que en el año 2014 solicitaron un local a la Junta de Andalucía y están a la espera de que se lo entreguen en los próximos meses. "Hasta que no tengamos el nuevo local, vamos a tener que dejar de repartir alimentos", se lamenta.

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