El Grupo Municipal Popular ha presentado para el próximo pleno del 27 de este mes una propuesta para que “el alcalde convoque de manera urgente la Junta Local de Seguridad en una reunión monográfica sobre los problemas de seguridad y narcotráfico que vienen produciéndose desde hace ya meses en el edificio ocupado de la Corrala de la Bahía y que mantiene atemorizados a todos los vecinos y comerciantes de la zona”.

La propuesta popular tiene un segundo apartado en el que se solicita, del mismo modo, que “Servicios Sociales realice un seguimiento a las familias que permanecen allí ubicadas e informe oficialmente de las soluciones que deben implementarse desde el Ayuntamiento de Cádiz para salvaguardar la integridad de las mismas”.

La Corrala de la Bahía ha pasado en cinco años –según exponen desde el Grupo Popular en el expuesto de su iniciativa– “de ser un símbolo de la lucha del alcalde y su grupo político por la vivienda digna al foco más preocupante de inseguridad en toda la ciudad”. Los populares también detallan que “en el edificio y sus alrededores han venido sucediéndose incidentes de gravedad, con continuas peleas, apuñalamientos y tráfico de drogas”.

El concejal del Grupo Municipal Popular, José Carlos Teruel, ha explicado que esta propuesta tiene dos vertientes: “la referida a esos problemas graves de seguridad que tiene a los vecinos y comerciantes de Segunda Aguada atemorizados, y la que afecta a esas familias que fueron utilizadas electoralmente por Kichi y están abandonadas a su suerte. Aquello se ha convertido en un edificio sin ley ante el silencio del alcalde y los suyos”.

Teruel señaló también que “nadie sabe ahora mismo qué fue de las familias que habían ocupado ese edificio, porque el Ayuntamiento no habla de ese tema. Es una especie de tabú. Suponemos que es por la vergüenza de reconocer que ni a Kichi ni a Adelante Cádiz les preocupaba en realidad esas familias. La prueba es que desde que es alcalde, no los nombra ni por equivocación. Y así sigue, tapando la Corrala, que es como tapar sus vergüenzas. Pero lo que es cierto es que si alguna permanece en el edificio tiene que estar compartiendo domicilio con redes de prostitución organizada –según han denunciado los vecinos–, traficantes de drogas de toda la Bahía que se han mudado allí, e incluso clanes de delincuencia organizada que se dedican a alquilar habitaciones bajo amenazas continuas”.