Cádiz

El Cabildo estudia rehabilitar las dos torres de la Catedral

  • Los arquitectos están realizando actualmente el proyecto de intervención, con el objetivo de iniciar las obras a principios de 2022

  • Se ha instalado una marquesina de seguridad por si hubiera más desprendimientos

Pasarela provisional que por seguridad ha instalado el Cabildo Catedral en el acceso a la torre y al templo.

Pasarela provisional que por seguridad ha instalado el Cabildo Catedral en el acceso a la torre y al templo. / Julio González

En los últimos meses han sido dos los desprendimientos de cascotes que ha sufrido el exterior de la Catedral. Dos avisos sobre los que rápidamente el Cabildo ha actuado, iniciando las gestiones y estudios para determinar la causa y proponer soluciones que garanticen la estabilidad del monumental edificio y la seguridad de las personas que transiten a su alrededor.

El primer paso tras los avisos de caída de cascotes, el último de ellos en verano, ha sido detectar o localizar el problema. Y una vez conseguido, el firme propósito ahora es proceder a su solución. Por eso, el Cabildo ya proyecta la rehabilitación de las dos torres del edificio.

Según han trasladado desde el equipo de arquitectos que trabaja en la Catedral, el problema -una vez más- radica en el uso de un material poco apropiado para un edificio de esa envergadura y situado en ese punto tan cercano al mar y donde tanto combate el viento. Al parecer es el cuerpo superior de las torres el que presenta un estado de mayor necesidad de actuación, así como las cornisas que separan los distintos cuerpos. Especialmente de la torre del reloj, situada en la fachada suroeste más afectada por las inclemencias del tiempo (y donde, de hecho, se han registrado las caídas de cascotes meses atrás).

Estos arquitectos de La Consulta, liderados por Venancio González, están actualmente realizando el estudio que determine la actuación más apropiada para atajar el problema así como sus vías de ejecución y el correspondiente proyecto y presupuesto económico. Todo ello para que el Cabildo, que desde hace años acomete innumerables actuaciones en el patrimonio mueble de la Catedral junto a obras de conservación en el propio inmueble sin ayuda de terceros, estudie la viabilidad económica de la actuación y, en su caso, proceda a realizar los trámites pertinentes teniendo en cuenta la catalogación de Bien de Interés Cultural de la Catedral.

Los plazos que barajan actualmente en el Cabildo son de unos dos meses que necesitarán los arquitectos para perfilar el proyecto con todos los elementos necesarios; y a partir de ahí, lo que tarde la comisión de Patrimonio de la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía en conceder los permisos oportunos. Algo que según la experiencia de la Catedral es excesivamente dilatado en el tiempo.

Sin ir más lejos, desde hace meses esperan en el cabildo la autorización para acometer la rehabilitación de la capilla de la Asunción, sin haber recibido respuesta hasta la fecha; como también se demoró en exceso el permiso para rehabilitar íntegramente la capilla del Corazón de Jesús, que se quería haber estrenado con motivo del centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en 2019 aunque los permisos no llegaron hasta el primer trimestre de 2020.

Una vez cuente esta obra de relativa con proyecto, financiación y con el visto bueno de las administraciones, los arquitectos estiman que el plazo de duración se alargue durante un año, en el que las torres se mostrarían cubiertas de andamios.

Y hasta que llegue ese inicio de las obras (que el Cabildo pretende que sea a principios de 2022, aunque dependerá de la tramitación correspondiente) ya se ha adoptado una medida provisional de seguridad, instalando bajo la torre del Reloj una pasarela que viene a garantizar la seguridad de los transeúntes y de los visitantes de la Catedral en caso de que se produjeran nuevos desprendimientos de cascotes. Actuación esta a la que hay que sumar, como ya adelantaron hace días los arquitectos, la instalación de líneas de viga para facilitar el acceso a esa zona del edificio y, con ello, el control de las cornisas y de las torres.

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