Cádiz

El Banco de Alimentos, desbordado por un "aluvión de peticiones"

  • La asociación encargada de provisionar a más de 200 entidades benéficas de la provincia sufre la excesiva demanda de solidaridad que ha provocado la crisis

En estos tiempos de crisis es difícil hasta ser solidario. La organización sin ánimo de lucro Banco de Alimentos, que cumple un importante papel de mediación entre mayoristas del sector alimenticio y asociaciones benéficas para la distribución de provisiones entre los más necesitados aprovechando los productos en stock, no escapa a las consecuencias del proceso de recesión económica en el que se encuentra inmerso el país y cuenta cada vez con más dificultades para llevar a cabo su cometido.

La proliferación de entidades benéficas que requieren la colaboración del Banco de Alimentos no merma sin embargo las ganas de ayudar de la asociación, que finalizará 2008 habiendo distribuido en torno a 1.600.000 kilos de alimentos. El director del Banco, Mateo Sánchez, señala que toda la ayuda que reciben "no es suficiente, estamos desbordados por completo, están llegando muchas asociaciones nuevas y todas con grandes necesidades, no sé de donde vamos a sacar tantos alimentos para satisfacer la demanda".

Actualmente, son unas 235 las entidades de la provincia de Cádiz que reciben alimentos de la organización dirigida por Sánchez, y se espera que con el año nuevo "lleguen al menos 14 o 15 asociaciones más, en total más de 250". Es por ello que la asociación ha iniciado una campaña de concienciación por los ayuntamientos buscando la complicidad de las administraciones locales, especialmente para llevar a cabo la difícil tarea de distribuir los miles de kilos de alimentos que se reciben cada día. Unas provisiones que, además, deben llegar siempre en buen estado ya que el Banco procura siempre a sus colaboradores "productos de primera clase y plena garantía".

Con la crisis económica la demanda se ha multiplicado, pero no todo es negativo. De hecho, Sánchez asegura que la situación económica "nos ha beneficiado indirectamente" ya que las empresas colaboradoras acumulan más excedentes que otros años y han optado por la vía de la solidaridad para solventar su problema de stock. "Muchas entidades nos han cedido los excedentes a los que no han dado salida y cada vez tenemos más donaciones", confirma.

Además de las contribuciones de empresas y ayuntamientos, el Banco de Alimentos se encarga de mover la donación anual de la Unión Europea, que asciende a casi un millón de provisiones al año. Un trabajo duro que según Sánchez no podría llevarse a cabo sin la colaboración desinteresada de los voluntarios que trabajan en la asociación. Ellos, "con verdadera vocación de ayudar a los necesitados", son los encargados de recibir los alimentos, almacenarlos y distribuirlos entre las entidades colaboradoras. "No les importa que haya que levantarse a las siete de la mañana para descargar un trailer o esperar a la medianoche para recibir la carga de un tren, todo lo hacen con verdadera ilusión", afirma con orgullo.

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