Alejandro Sanz: "Cádiz, yo soy tu hijo y tú eres mi madre"
Hijo Adoptivo de Cádiz
El músico recibe el reconocimiento de la ciudad durante la entrega del título de Hijo Adoptivo
La artista Niña Pastori, el coplero Antonio Martín y la chirigota del Sherif rinden homenaje al músico en el Palacio de Congresos
Cádiz/Quizás ha sido el coplero Antonio Martín el que ha apuntado al mismo centro del espíritu del acto que esta mañana se ha vivido en el Palacio de Congresos de Cádiz con una frase: "¿en qué cabeza cabe que una madre adopte a un hijo?". Y es que para los asistentes -desde los amigos músicos pasando por los carnavaleros, las autoridades y hasta llegar al último de los ciudadanos que han abarrotado el salón- el músico Alejandro Sanz ya era de Cádiz.
Porque ese amor, ese idilio que viene de largo y que se cimenta, como recordó el teniente de alcalde David Navarro, "en sus raíces gaditanas" (alcalaína María Pizarro que lo parió y algecireño Jesús Sánchez que lo engendró) y se alimenta de la multitud de guiños a la ciudad en su trayectoria musical y vital, nunca necesitó ni de certificados ni documentos. Con todo, y para alegría de los presentes y del propio homenajeado, el chaval del madrileño barrio de Moratalaz de alma gaditanísima se regocijaba tras cada sonrisa del hoy reputado artista al recoger el título de Hijo Adoptivo de la ciudad en una entrañable ceremonia en el Palacio de Congresos.
Un acto reconvertido en un auténtico homenaje al músico poseedor de 23 Grammy Latinos y 3 Grammy americanos en el que han participado algunos de sus amigos del mundo de Carnaval, como la chirigota del Sherif y el mencionado Antonio Martín, además de su querida María, Niña Pastori, que al piano con el maestro Alfonso Pérez firmó, sin duda, el momento más emotivo de este matrimonio, tras largo noviazgo, entre Cádiz y Alejandro.
Con cierto disimulo, Sanz se echaba las manos a los ojos para despejar los rastros acuosos. Y no ha sido la única ocasión en la que las lágrimas han rodado por las mejillas del autor de Corazón partío, pero Niña Pastori, con la voz tan afillá como cristalina, cantándole a lo que nadie nunca le cantó a la ciudad de la luz, a su madrugá, tambalea hasta la más abyecta solemnidad. Y cuando el auditorio se va, se va con ella, acompañándola en el estribillo de Cai (sin que la artista lo pida, sin esfuerzo, con naturalidad porque es lo que nos sale) Alejandro sonríe de medio lado (ya saben ustedes cómo...) y abre los brazos en un gesto con el que parece escribir en el aire: "esto no se puede aguantar".
No digo llorar... Y cantar, y sus palillos que se escuchan hasta en la última fila. Arsa, que la mano con la que golpea el butacón va siguiendo el compás de la Pastori. Tampoco es de hierro el alcalde, José María González, que también se suma a entonar el estribillo desde el escenario que preside con Sanz a un lado y Navarro a otro.
El momento cumbre de la cita se cierra con un abrazo, con unas palabras de gran categoría de la artista de San Fernando ("se lo merece más que nadie porque más gaditano que él no lo hay, que le gustan todas nuestras cosas, los tomates de Conil y el ánge de aquí; para mí es un día muy especial y muy grande") y con Sanz de pie agradeciendo cada palabra de su amiga y cada muestra de amor del público.
Pero la de la cañaílla no ha sido la única muestra de amor y respeto en esta bienvenida oficial del artista como Hijo Adoptivo de Cádiz. Así, el acto presentado por la periodista Ana Zambrana ha comenzado con un homenaje por parte del mundo del Carnaval, con el que el intéprete y compositor mantiene una estrecha relación y del que fue pregonero en 2005.
Así, tras las palabras de David Navarro agradeciendo "la ilusión, la predisposición y las facilidades" que ha puesto el homenajeado para estar en persona en la ciudad, ha salido a escena la antología de la chirigota del Sheriff para rendirle honores, no sólo con el pasodoble ya conocido que la agrupación ha cantado en otras ocasiones, sino también con una nueva letra de homenaje mecida por el pasodoble de 'El escuadrón de los jartibles'. "Vamos a empezar el acto con sabor a Cádiz", ha dicho Juan Manuel Braza Sherif, y ha dicho bien.
El artista, uno de los culpables de la internacionalización de esta fiesta nuestra, recibe los regalos chirigoteros mientras que el auditorio confirma "¡esto sí que es, una chirigota!". Y del pellizco del pasodoble del Sherif, al sentimiento que Antonio Martín le puso a las palabras, y a la copla, que también le quiso dedicar al protagonista de la jornada que, minutos después, alabaría el discurso de Martín diciendo: "qué difícil hablar yo después de Antonio..."
El comparsista, reciente Medalla de Andalucía, confecciona una semblanza del músico salpicada de simpáticos detalles y donde ha puesto de relevancia no sólo su calidad como artista ("25 millones de discos vendidos, ¿qué de discos, Alejandrito?") sino como persona ("al igual que una vez le dije a Rocío Jurado te digo, ¿cómo una persona puede ser tan divina y tan humana, Alejandro, picha mía?"
Un audiovisual donde se recogía los momentos más hermosos de la relación entre Cádiz y Alejandro Sanz, con el concierto en San Juan de Puerto Rico en 2004 cuando cantó el pasodoble de la chirigota 'Los Yesterday' como eje central y vehicular de la narración, daba paso a un cerrado aplausos, a los apasionados "¡Alejandro, Alejandro!" y a un artista puesto en pie que con sus brazos en cruz sobre el pecho se dolía de tanto cariño.
Y llega la lectura del acuerdo oficial del Pleno por el que el músico es nombrado Hijo Adoptivo, y se levanta Sanz, y se levanta el alcalde, y Sanz levanta el pergamino que acredita, por fin, su amor consumado, y el alcalde le impone la insignia con la que podrá presumir gaditano. Y avanza Sanz, con paso distinguido, hacia el atril. Y habla Sanz, y Cádiz escucha:
"A ver si soy capaz de leer lo que escribí anoche porque llevo dos días esmorecío. Ilustrísimos caleteros, ostioneros, viñeros ilustrados...", comienza su discurso el nuevo-antiguo hijo de Cádiz con vocación de pregón, rimado y engalanado con versos que son auténticas cartas de amor.
"La verdad es que yo he estado presumiendo de gaditanismo sin tener el permiso de Cádiz, me he revolcado en la dicha de sentirme parte de algo superior que para mí es Cádiz como forma de vida. Hoy, por fin, ustedes me conceden el honor de ser Hijo Adoptivo de Cádiz. Me conceden el honor de ser hijo, una vez más, volver a tener madre, volver a tener a alguien por quien morirme por contarle lo bien que me van las cosas. Cádiz, a partir de ahora, te tendré en mi mente cuando vaya a decidir hacer o no hacer las cosas, pensando si lo que vaya a hacer te hará sentir orgullosa; porque, Cádiz, yo soy tu hijo y tú eres mi madre", se reivindicaba Alejandro que cerraba su discurso, "cortito y sincero", como dice él que es el nombre de Cádiz, llamándose "gaditano, nada más..., y nada menos".
Se despedía Sanz de sus seguidores gaditanos con un vídeo con imágenes de Cádiz acompañadas por su última canción, Te canto un son, ("qué bonito es ver a Cádiz a través de los ojos de Sanz") pero sin dar la última concesión a su público ("¡canta, canta!"). Sólo un apunte flamenco, el inicio de una bulería, no más, antes de decir adiós y reencontrarse con su mujer Raquel Perera y dos sus hijos, con los que estuvo acompañado durante el acto, además de buena parte de su familia de Alcalá de los Gazules y amigos como Pepe de Lucía y Pastora García, madre de la Niña Pastori.
El interés de la ciudad por el artista ha sido tal que el Ayuntamiento tuvo de optar por sortear 350 invitaciones para asistir al acto ya que se presentaron 4.691 solicitudes. De esta forma, el Consistorio decidió en la jornada del viernes colocar una pantalla Led en la zona naranja del aparcamiento de Renfe para poder retransmitir el acto aunque, en vistas de la poca asistencia, la iniciativa no ha gozado de mucho éxito.
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