Buena mano. Por Fernando Santiago
BUENA MANO
Venir a pescar a la provincia de Cádiz debía tener cierto glamur hace años. De hecho se formó una buena cuando la Diputación le pagó a un pescador de Barbate para que llevase a Felipe González en su barco, en aquellos 80 donde el PSOE era una especie de partido único. Digo más: ya no hay cañas del país en Cádiz. Antes todo balcón gaditano que se preciase tenía la bombona y la caña del país. Desaparecieron, nadie sabe cómo ha sido. Ahora los que pescan lo hacen con lo que antes se llamaba caña americana o de carrete como la que sacó el Morera (“buenos días tú”). . También desapareció la gente que iba a pescar al puente todavía llamado Carranza (“qué de gente pesca en el puente Carranza, qué de cañas puestas en el barandal, se parece eso al cuadro de Las Lanzas, por un hueco se dan hasta cachetás”Los Cubatas). En Plocia ya no hay vendedores de cebos, gusanas o muergos, los deben vender en otro lado porque en la Alameda se ve a gente pescando y dada la cantidad de botes que hay en La Caleta o en la Barriada, deduzco que la gente sale a pescar a la mar , además en los restaurantes se sirven doradas, urtas y otras exquisiteces. En Cádiz los pescadores tiraban al mar laslisas, llamadas mojoneras por su afición a alimentarse de excrementos cuando tiraban la basura al mar por el Campo del Sur los del Lapero municipal. Ahora Ángel León usa las lisas para fabricar chorizos y morcillas de mar, quizás sea lo único bueno que ha hecho el tío, aparte de cobrar 350 euros el menú, especial para incautos y noveleros. Me pasa que nunca he entendido el interés por la pesca. Me parece un aburrimiento estar varias horas mirando una caña por si ha picado algo, tiene haber gente pá tó, como dijo el torero. Yo no le veo ni pies ni cabeza, como aquella chirigota que iban de pescadores “Humedad y paciencia”, que son los dos elementos sustanciales de la pesca, que algunos llaman deporte, como dice el Morera sobre el ajedrez “¿alguien suda por poner la carná ylanzar el anzuelo?”. En la posguerra las mojarras y las lisas sirvieron para quitar el hambre, era la época en la que la gente tomaba achicoria y usaba harina de almorta para las tortillas de camarones. Como en Cádiz no sirve el caballo para ir a pescar, los pobrecitos se quitaban el hambre con lo que sacaban del mar, en bote o en el litoral. Tengo un buen amigo que ha dejado de jugar al fútbol para irse todos los sábados al Club Náutico a pescar, dice que ha llegado a coger una vez una dorada, debe ser una leyenda, como aquella historia de Pericón que sacaba un fenicio con el farol encendido.
Fernando Santiago
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