“Tranquilizar a la familia es clave”
Contenido ofrecido por Hospitales Pascual
Carmen Ruiz, pediatra del Hospital Virgen de las Montañas (Villamartín, Cádiz)
En plena Sierra de Cádiz, en el Hospital Virgen de las Montañas, la Dra. Carmen Ruiz, pediatra con años de experiencia, nos recibe para hablar de salud infantil, la relación con las familias y la importancia de hábitos saludables desde los primeros días de vida. Su forma directa, empática y muy humana, deja claro que la vocación y el sentido común siguen siendo claves en la medicina pediátrica.
Pregunta.–¿Cómo es trabajar con niños?
Respuesta.–Trabajar con niños está muy bien. A veces es gracioso, otras veces un poquito triste, pero los niños suelen ser muy agradecidos, mucho más que los adultos. Aunque al principio les demos un poco de miedo, siempre terminan regalándote una sonrisa.
P.–¿Hasta qué edad los atiende un pediatra?
R.–Desde que nacen hasta que cumplen los 13 años. A partir de los 14, según la Junta de Andalucía, ya pasan a medicina de adultos.
P.–¿Cómo evoluciona la relación con los niños durante esos años?
R.–Cuando son recién nacidos los vemos en paritorio, un momento normalmente feliz. Luego, durante el crecimiento, los bebés son muy simpáticos pero empiezan a extrañar al vernos con bata. Ya a partir de los dos o tres años lo normalizan y se dan cuenta de que no somos tan malos. Con la preadolescencia ya aparecen otras actitudes, como en cualquier adolescente.
P.–¿Y con los padres? ¿Qué papel juega el pediatra?
R.–Tranquilizar a la familia es clave. Cuando un niño se pone malo, para una madre o un padre puede ser un drama. Nuestra función muchas veces es explicar que son enfermedades leves y pasajeras. También hay padres con muchas dudas, otros más confiados, y algunos que necesitan oír lo mismo varias veces. Es parte del trabajo.
P.–¿Qué patologías son más frecuentes en consulta?
R.–Las infecciones respiratorias son nuestro “caballo de batalla”: otitis, faringitis, catarros, bronquiolitis... De octubre a mayo es un no parar. Pero en los últimos dos años hemos notado una mejora importante con la inmunización contra el VRS (virus respiratorio sincitial), que ha reducido muchísimo los casos graves de bronquiolitis.
P.–¿Esa inmunización es una vacuna?
R.–Técnicamente no. Son anticuerpos que se inyectan al bebé tras el nacimiento para protegerlo. No es lo mismo que una vacuna, pero el efecto preventivo es muy potente y ha reducido ingresos hospitalarios de forma notable.
P.–¿Qué consejos preventivos da a las familias?
R.–Fundamental: lavado de manos, sobre todo para prevenir gastroenteritis. También evitar el humo del tabaco, aglomeraciones con bebés pequeños y usar mascarillas en casos de alergias fuertes. A veces hace falta simplemente un poco de sentido común.
P.–¿Y en cuanto a la alimentación infantil?
R.–Yo eliminaría directamente la comida basura de los supermercados. Es triste ver a niños desayunando bollería industrial, zumos azucarados o patatas fritas a diario. Hay que volver a la comida de nuestras madres y abuelas: legumbres, frutas, verduras, carne, pescado. Un desayuno ideal debe parecerse al de un adulto, equilibrado y con alimentos reales.
P.–¿Qué opina de la fiebre? ¿Cuándo es realmente preocupante?
R.–No hay que correr con el antitérmico si el niño está bien. Si tiene fiebre pero sigue jugando, no hay que alarmarse. Lo importante es el estado general. Si está decaído, tiene dificultad para respirar, manchas en la piel, vómitos persistentes o mal color, entonces sí hay que ir a urgencias. Si no, se puede esperar 24-48 horas para ver la evolución.
P.–¿Se abusa del antibiótico en niños?
R.–Sí, muchísimo. La mayoría de las infecciones en niños son víricas, y el antibiótico no sirve para eso. Hay un problema serio con la prescripción desde centros no especializados. A veces llegan niños al hospital que ya han tomado varios antibióticos sin necesidad. Falta mucha educación sanitaria.
P.–¿Cuál es su opinión sobre la lactancia materna?
R.–Es algo que no deberíamos ni tener que explicar. ¡Somos mamíferos! La leche materna está hecha por y para los humanos, no hay fórmula que la iguale. Aporta nutrientes, anticuerpos, apego y amor. Es un desarrollo completo del bebé a todos los niveles. Entiendo que cada familia tiene sus circunstancias, y todas son respetables, pero hay que seguir incentivando la lactancia materna y no normalizar tanto el abandono del pecho.
P.–Un mensaje final para las familias
R.–Que no se trata de ser perfectos, sino de estar bien informados. Y confiar en su pediatra. Todos queremos lo mejor para nuestros niños, y la base está en el cariño, la prevención y una vida saludable desde el principio.
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