“La formación continua es un compromiso vocacional”
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Dr. Alex Smith. neumólogo en el Hospital Pascual Virgen de las Montañas
Pregunta.¿Qué patologías respiratorias son más comunes en esta?
Respuesta.–Las más frecuentes son propias del adulto mayor: la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), enfermedades infecciosas respiratorias como bronquitis aguda y crónica, asma bronquial, apneas obstructiva del sueño, neumonías y el cáncer de pulmón, muchas de ellas directamente relacionadas con el tabaquismo.
P.–¿Estas enfermedades pueden prevenirse?
R.–La gran mayoría, sí. El tabaquismo es una de las principales causas y, por tanto, uno de los mayores factores prevenibles. Es una adicción muy potente (la mayor de todas las adicciones) y dañina que se detecta la mayoría de las veces demasiado tarde, cuando ya hay daño estructural y funcional severo. También es importante la prevención de infecciones respiratorias mediante vacunación y medidas medioambientales.
P.–¿Qué impacto ha tenido el COVID-19 en la salud respiratoria de la población?
R.–Ha sido una curva de aprendizaje tremenda. Aunque los casos actuales son menos graves, seguimos viendo pacientes con síntomas persistentes: fatiga, alteraciones neurológicas, pérdida de gusto, olfato o memoria. En lo pulmonar, los más afectados son aquellos con enfermedades previas como EPOC, que vieron empeoradas sus condiciones basales.
P.–¿Qué papel juega la vacunación en estas patologías?
R.–Es fundamental. Tenemos vacunas contra la gripe, la neumonía, el virus sincitial respiratorio y, por supuesto, el COVID. Lamentablemente, aún hay muchas personas que no se vacunan, lo que genera un impacto y coste sanitario enorme. La vacunación es la mejor medida costo-efectiva que existe.
“La vacunación es la mejor medida costo-efectiva que existe”
P.–¿Ha visto consecuencias respiratorias en pacientes no vacunados durante la pandemia?
R.–Sí. Los casos graves de COVID, en muchos casos, se relacionaban con falta de vacunación, especialmente en pacientes mayores o con enfermedades crónicas. Incluso ahora, hay personas con secuelas respiratorias que podrían haberse evitado.
P.–¿Qué opina sobre el vapeo?
R.–Es una trampa de la industria. Muchas personas creen que es una alternativa saludable al tabaco, pero no es así. El vapeo es otra forma de adicción, dirigida sobre todo a los jóvenes, con sabores atractivos y campañas engañosas. Ya estamos observando el impacto, por ejemplo en el llamado pulmón de “palomita de maíz”; aún no hemos visto el impacto completo que tendrá, pero creo lo veremos en los próximos 5-10 años.
“El vapeo NO es una alternativa saludable al tabaco”
P.–¿Y sobre el tabaquismo pasivo?
R.–Igualmente dañino. Aquí hay muchas zonas públicas donde se fuma o se vapea, lo cual es un grave problema. No solo sufre el fumador, sino quienes están a su alrededor. Es algo que debería preocuparnos colectivamente.
P.¿Qué beneficios tendría dejar de fumar hoy mismo?
R.–A los 10 años de haber dejado de fumar, el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón se iguala prácticamente al de una persona que nunca fumó. No podemos revertir el daño estructural pulmonar una vez creado, pero sí podemos contener la enfermedad, a nivel epigenético se ha demostrado aumento de la longitud de los telómeros lo que repercute en mejores años de vida. Es una decisión que mejora la calidad y la cantidad de vida.
P.–¿Qué hábitos saludables ayudan a mantener unos pulmones sanos?
R.–Caminar es el mejor ejercicio que existe: económico, fácil y con grandes beneficios pulmonares, musculares y cardiovasculares. A esto hay que sumar una buena alimentación, descanso adecuado, control del estrés, ejercicios de relajación que incluya respiración abdominal. No se puede ver al pulmón como un órgano aislado; hay que cuidar al cuerpo entero.
P.–¿Qué patologías trata su hospital de forma habitual?
R.–El 70-80% de las enfermedades respiratorias se tratan aquí. En casos más complejos, como cirugías torácicas, derivamos a Cádiz o Jerez. Una patología muy común en la zona es la apnea del sueño. Contamos con una unidad de sueño eficaz donde hacemos estudios de poligrafía y resolvemos la mayoría de los casos.
P.–¿Por qué es tan importante dormir bien para la salud respiratoria?
R.–Porque la falta de sueño puede agravar enfermedades cardiovasculares, neurológicas y respiratorias, y además es una de las principales causas de accidentes laborales y de tránsito (hasta un 20%). Dormir mal tiene un impacto global en la salud.
P.–¿También influye la alimentación en la salud pulmonar?
R.–Por supuesto. Una dieta equilibrada ayuda a prevenir la obesidad, que es un factor de riesgo para la apnea del sueño y otras enfermedades respiratorias. No se puede cuidar solo el pulmón: hay que ver al paciente como un todo.
"Caminar es el mejor ejercicio que existe: económico, fácil y con grandes beneficios pulmonares, musculares y cardiovasculares"
P.–¿Cómo valora el contacto con los pacientes en su día a día?
R.–Es lo más importante. La medicina no es solo ciencia, es también arte, ética, empatía, caridad, solidaridad, es la más científica de las ramas de humanidades y la más humana de las científicas. Escuchar al paciente, entender su entorno, ver más allá de los síntomas... eso es la medicina real.
P.–¿Hay alguna experiencia profesional que le haya marcado?
R.–Sí, hemos tenido pacientes en situaciones muy críticas, como infecciones respiratorias graves, insuficiencia respiratoria, neoplasias pulmonares que hemos logramos sacar adelante cuando parecía casi imposible. Esos logros son del equipo de salud y son de gran satisfacción profesional y personal.
P.–¿Existen muchas alergias respiratorias en la zona?
R.–Sí. Aquí predominan alergias a los ácaros, gramíneas, olivo y frutos secos. Muchas veces los síntomas respiratorios se deben a estas alergias, sobre todo en pacientes asmáticos.
P.–¿Qué le motivó a especializarse en neumología?
R.–Tuve grandes profesores maestros que me inspiraron profundamente durante mi formación (siempre los mantengo en la memoria). La medicina es una cadena docente: lo que aprendes lo transmites, no solo a otros médicos, sino también a enfermeras y al resto del equipo sanitario, pacientes, estudiantes. Es una profesión viva y dinámica.
P.–¿Cree que la medicina exige una actualización constante?
R.–Sin duda. Es una obligación ética, moral y profesional. No se puede dejar de estudiar. En mi casa sigo leyendo, asistiendo a congresos médicos presenciales y online, cursos presenciales y en línea consultando publicaciones, en fin buscando soluciones para los pacientes. Es una formación continua, un compromiso vocacional.
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