¿Qué costes implica no tener un seguro de decesos?

En España, la pérdida de un ser querido no solo implica un duro golpe emocional, sino también una carga económica significativa para la familia, especialmente si no se cuenta con seguros de decesos. La ausencia de esta protección puede generar costes inesperados que, según las estadísticas, oscilan entre varios miles de euros. Estos gastos pueden comprometer las finanzas del núcleo familiar en un momento ya de por sí difícil.

Costes directos de un entierro sin seguro de decesos

De acuerdo con diferentes fuentes, el coste medio de un entierro en España sin seguro ronda los 3.700 euros, aunque puede variar ampliamente según la ciudad y los servicios elegidos.

Por ejemplo, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los funerales con todos los servicios incluidos alcanzan habitualmente los 3.568 euros de media. Si se añaden opciones extras como nicho o acabados de lujo, el coste puede subir hasta los 10.000 euros.

Los componentes que más pesan en esta factura son varios:

• Ataúd o féretro: el precio puede ir desde 600 € en modelos básicos, hasta más de 1.500-2.000 € para diseños de calidad media o alta.
• Tanatorio: el alquiler del velatorio puede costar entre 500 y 600 € por un día, dependiendo de la localidad y la calidad del servicio.
• Traslado del fallecido: el transporte en coche fúnebre cuesta de media más de 200 €, y el traslado entre ciudades (o repatriaciones) puede suponer varios cientos o incluso miles de euros.
• Trámites administrativos: para gestionar certificados como el de últimas voluntades, la inscripción en el registro civil o la partida de defunción, los gastos pueden alcanzar entre 150 y 300 €.
• Extras: flores, esquelas, recordatorios, catering, lápidas… Todos estos elementos suponen un coste adicional que puede disparar la factura. Según Polizamedica, una corona de flores cuesta entre 75 € y más, y los recordatorios pueden llegar a 200 € si se personalizan.

Incluso los servicios más básicos pueden suponer una factura elevada. Como destaca la OCU, en algunas zonas los entierros sin seguro llegan a costar 6.000 € o más.

¿Cómo repercute la falta de un seguro de decesos?

Cuando no se tiene un seguro de decesos, todos estos costes recaen directamente sobre los familiares del fallecido. Esto puede provocar:

1. Tensión financiera: abonar miles de euros de golpe puede suponer un esfuerzo enorme, especialmente para familias con recursos limitados o sin ahorros dedicados a este tipo de eventualidades.
2. Retrasos o deudas: en algunos casos, las familias podrían tener que endeudarse para cubrir los gastos funerarios, o pedir anticipos, lo que agrava la situación emocional y económica en un momento de duelo.
3. Decisiones difíciles: ante la carga económica, es posible que los familiares renuncien a ciertos servicios o elijan opciones más baratas, aunque no reflejen los deseos o valores del difunto.
4. Estrés adicional: gestionar trámites administrativos, hablar con funerarias, negociar precios, todo ello mientras se lidia con el duelo, puede ser abrumador.

El papel protector de los seguros de decesos

Tener un seguro de decesos puede marcar una gran diferencia para aliviar esa carga. Este tipo de póliza permite que el asegurado pague una cuota mensual relativamente modesta durante su vida, y cuando fallece, la aseguradora se encarga de contratar y pagar la mayoría de servicios funerarios (ataúd, tanatorio, traslado, trámites, etc.).

Dependiendo de la póliza, los seguros de decesos pueden incluir coberturas adicionales como:

• repatriación de restos,
• incineración,
• gestión de nichos o lápidas,
• asistencia jurídica o psicológica.

El coste del seguro también varía según la comunidad autónoma y las coberturas contratadas. Por ejemplo, Segurexplora señala primas promedio que oscilan entre 350 € y 600 € anuales, dependiendo de la región. Aunque pagar un seguro supone un gasto constante, a largo plazo puede salir mucho más barato que asumir de golpe los costes del funeral. Además, libera a la familia de la gestión logística y administrativa en un momento delicado.