Con la venia
Fernando Santiago
Zambombá
Porque siempre recuerdo y he admirado esas almenas o azoteas, vistas y rincones de ésta, nuestra isleña calle de Mazarredo. Y era con ese delicado y exacto pincel donde plasmaba en su lienzo esos bonitos detalles que digo, mi primo Paco Salado, además de amigo de siempre.
Calle Mazarredo de nuestra niñez y de aquellos tiempos de amoríos y devaneos, que nos fuimos formando para lo que se nos venía encima y cómo afrontar esos momentos de fatalidades e infortunios o también de venturas de chiripa.
Y digo todo esto porque hace unos días, en el Centro de Congresos, se inauguró una exposición sobre pinturas y otros diseños de él, de Paco Salado. Bonita muestra que lleva por título Dos miradas. De ahí, la importancia y el sentido de esta exposición, pues el visitante interesado tiene a su disposición lo que el propio autor llamó y explicó el día de la apertura: una mirada hacia lo figurativo y la otra hacia lo abstracto. Por eso, ese magnífico cuadro y enorme por su extensión que el visitante encuentra al fondo de la exposición y que hace alumbrar al resto de las obras, es lo más figurativo que pueda observarse, es una espléndida "fotografía" de nuestra bahía desde Cañorrera (óleo sobre lienzo, 240 x 130 centímetros).
Y luego, el contraste, una serie de elementos expuestos que no tienen nada que ver con ese cuadro que comento, que es lo abstracto por excelencia. Y todo, porque mi querido Paco, de siempre ha sabido jugar y con mucho arte con esa dicotomía o doblez entre un estilo y otro. Y así, hasta el próximo viernes, queda expuesta esta interesante muestra a la cual invito a mi curioso lector. Que, estoy segurísimo, no le defraudará.
Y hablando de miradas, qué me gustó la fotografía que vi en este Diario de mis alcaldes isleños. Representantes de este último tiempo de democracia. Mi querido, respetado y admirado, Antonio Moreno, de quien tanto aprendí. Manuel de Bernardo, quien más lo sufrió, pero de tan buenas intenciones que no debemos de olvidar. Y Pepe Loaiza, aún presente por todo lo que hizo -tan bien- y aún todo lo que queda. O, la señora Cavada/Cabada, la de ahora, que ya veremos. Pero bueno, bonito detalle, Patricia.
Doble mirada, acordándome de Paco, que hay que tener para saber andar por estas calles o por la playa. Y lo digo porque habrá que tener también esa doble mirada este verano, si es que sale adelante la propuesta de "la playa para perros" -perdón, mascotas-, ya que en esos paseos playeros a los que estamos obligados los mayorcitos por el jodido colesterol y otros achaques, no vaya a ser que pisemos, a talón descubierto, esas benditas caquitas que depositan sin mala intención los mimados perritos. Ojo al suelo, mi despistado lector.
Y mira por dónde, llegó mi Rocío, como advertí el otro día. Tan bonita y guapa como su madre. Un lujo más para este avejentado abuelo.
También te puede interesar
Con la venia
Fernando Santiago
Zambombá
Monticello
Víctor J. Vázquez
Más allá de la corrupción
Brindis al sol
Alberto González Troyano
Mejor por escrito
Cuarto de muestras
Carmen Oteo
Medallas de oro
Lo último