El estremecedor número de suicidios continúa aumentando en todo el ámbito nacional, y también en Andalucía. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) durante el pasado año 4.003 personas se quitaron la vida en España, cuando hace un lustro el número de suicidios se cifró en 3.679 (2017). La profunda desesperanza y la tristeza que se esconden tras estas cifras afecta a todas las edades.

En Andalucía perdieron la vida por esta causa 849 personas (en 2020 fueron 793). Entre los fallecidos, dos tenían menos de 14 años y 59 personas tenían entre 15 y 29 años.  Tras estos datos hay realidades de extrema dureza que requieren de toda la atención en todos los ámbitos, sanitario, social y educativo. 

"Es necesario hablar abiertamente del suicidio, sin pánico, de modo que se puedan detectar problemas muy graves que, en la mayoría de las situaciones, se pueden prevenir. Es necesario detectar a tiempo los casos, en todos los ámbitos, desde el orientador escolar en el colegio al médico de Atención Primaria en el centro de salud", explica el doctor Javier Gómez, médico experto en emergencias.

¿Qué desvela el inquietante aumento del suicidio?

Más allá de los datos, la doctora Matilde Blanco Venzala, Jefa del Servicio de Salud Mental del Hospital de Valme-Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, expone que: "Las cifras del Observatorio del Suicidio de 2021 son la dramática confirmación del empeoramiento global de la salud mental y el sufrimiento" .

La experta incide en la cruda realidad que dibujan las cifras: "una pérdida de confianza en el sistema y una incertidumbre que complica vislumbrar posibles soluciones. Si esto se da en la población adulta; en la adolescencia, fase de construcción de la persona, el fenómeno se amplifica y agrava.

La falta de referencias sanas y el escepticismo al haber visto claudicar principios que se entendían como sólidos (seguridad, salud) ante la presencia de elementos globales, como la pandemia o la guerra, hace que encontrar modelos constructivos de estabilidad sanos y serenos sea difícil para toda una generación. Esto provoca el riesgo de que el suicidio se desmitifique y se incorpore como una opción plausible ante el sufrimiento, al tener dificultades para la construcción de una vía sana.

Tarea pendiente para nuestra sociedad el desarrollar estas vías desde la gestión emocional, la capacidad de comunicación y la resolución de conflictos".

Primera causa de muerte externa

El suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa en España durante 2021, con 4.003 fallecimientos, un 1,6% más que en 2020. Por detrás se situaron las caídas accidentales (con 3.655 muertes y un aumento del 1,4%) y el ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales (con 3.504, un 20,3% más que en 2020).

Por sexo, las principales causas de muerte en los hombres fueron el suicidio (2.982 fallecidos y un aumento del 1,8% respecto a 2020), las caídas accidentales (1.946, un 2,5% más) y el ahogamiento, sumersión y sofocación (1.855, un 26,4% más).

2022: Sigue aumentando

Durante el primer semestre del año 380 personas se han quitado la vida en Andalucía: 294 hombres y 84 mujeres. Entre los fallecidos por esta causa se encuentran un niño menor de 14 años y 14 jóvenes de entre 15 y  29 años, este año 2022 en Andalucía.

En edades avanzadas también golpea esta dura realidad: Durante el primer semestre de este año 46 personas de más de 80 años se han quitado la vida en Andalucía.

En el ámbito estatal: De enero a junio de 2022 hubo 8.829 fallecimientos por causas externas en España, un 11,8% más que en el mismo periodo de 2021. Por sexo, fallecieron por estas causas 5.541 hombres (un 10,7% más) y 3.288 mujeres (un 13,6% más). El suicidio se mantuvo como primera causa de muerte externa, con 2.015 fallecimientos en el ámbito estatal, un 5,1% más que en el mismo periodo del año anterior.

Por sexo, las principales causas de muerte externa, en el ámbito estatal en los hombres fueron el suicidio (1.481 fallecidos) y el ahogamiento, sumersión y sofocación (950). Y en las mujeres, el ahogamiento, sumersión y sofocación (913) y las caídas accidentales (775 fallecidas). 

¿Por qué?

El suicidio es la expresión más dramática de la imposibilidad de generar un proyecto vital satisfactorio. Sus causas son múltiples porque influyen desde factores socioeconómicos, de personalidad, de sufrimiento físico y psíquico.

Se trata de realidades de enorme crudeza que inquieta a los especialistas. Desde Salud Mental se está trabajando en un plan de acción para la prevención, atención y ayuda a los supervivientes del suicidio. El drama que dibujan los datos del INE requiere de medidas preventivas en población general e intervenciones intensivas en población de riesgo.