El Puerto

El concejal Javier Botella casa a una pareja disfrazado de sacerdote

  • El novio es amigo de la infancia del edil de Levantemos El Puerto y la boda fue en el Ayuntamiento

El concejal Javier Botella, ataviado de cura con una "casulla" del F.C.Barcelona y con la medalla de edil, junto a los novios.

El concejal Javier Botella, ataviado de cura con una "casulla" del F.C.Barcelona y con la medalla de edil, junto a los novios.

¿broma o falta de respeto? ¿Un acto privado o institucional? Seguramente el concejal de Levantemos El Puerto Javier Botella no era consciente de la que se iba a liar cuando el pasado sábado publicó en su muro de la red social Facebook varias fotos del enlace matrimonial que había oficiado la tarde anterior, el de uno de sus amigos de la infancia.

Hasta ahí todo normal, un concejal que casa a una pareja conocida. El problema fue que, al coincidir esa tarde con el Carnaval portuense, Botella no tuvo otra ocurrencia que casar a sus conocidos en el Ayuntamiento disfrazado de cura, con sotana incluida y una bufanda del Fútbol Club Barcelona a modo de casulla.

Las redes sociales echaban humo este fin de semana comentando la foto

En unos tiempos en los que las relaciones entre la iglesia y ciertos movimientos sociales andan revueltas, esto ha sido para muchos ciudadanos la gota que ha colmado el vaso. Las redes echaban ayer humo con comentarios en contra, aunque algunos también a favor del edil, defendiendo su derecho a oficiar la ceremonia como mejor entendiera, y más tratándose de un amigo de la infancia. Queda por saber si los novios estaban al tanto de que el oficiante se iba a presentar disfrazado, ya que el propio Botella, en su publicación de Facebook, le da las gracias a su amigo "por dejar que te case… en carnaval y con estas pintas".

También los grupos de whatsapp comenzaron a divulgar la foto, con comentarios de todo tipo a favor, pero sobre todo en contra del concejal.

Este incidente, que no hubiera tenido mayor repercusión de haberse mantenido en la intimidad de la boda y de su entorno, se ha desmadrado desde el momento en el que el propio concejal subió la foto a una red social como Facebook.

Entre las críticas que se le achacan está, por ejemplo, el que haya oficiado una boda así ataviado en una instalación municipal en la que se presupone que se deben guardar unas formas, al tiempo que se critica que ridiculice a la iglesia y al sacramento del matrimonio. Sus defensores, por el contrario, recuerdan que es amigo de la pareja de contrayentes y lo entienden como una broma sin más trascendencia, teniendo en cuenta que el enlace se celebró en pleno fin de semana del Carnaval portuense. La polémica está servida.

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