El Salón Regio de la Diputación Provincial de Cádiz acogió en la mañana de ayer la inauguración de las Jornadas sobre el Tricentenario del traslado de la Casa de Contratación y el Consulado de Indias a Cádiz, organizadas por el Colegio San Felipe Neri y dirigidas especialmente a profesores de Historia.

El objetivo, según explicó el director del centro Ignacio Membrillera, es generar "una documentación precisa" para que los docentes puedan elaborar materiales de calidad y trasladar al alumnado gaditano una visión rigurosa de la importancia alcanzada por la ciudad en un tiempo en el que era epicentro del comercio con América. Este pasado glorioso fue rescatado por el rector de la Universidad de Cádiz, Eduardo González Mazo, que recordó que, aunque la historia se construye día a día, siempre existen momentos que resisten al olvido. El año 1717 es para Cádiz uno de esos hitos. Una fecha sobre la que hay que arrojar luz, no solo para reivindicar su pasado, sino para sacar lecciones para el presente. Porque, como recordó González Mazo, "a Cádiz siempre le ha ido bien cuando ha mirado hacia el mar".

La ponencia inaugural estuvo a cargo de la académica Carmen Sanz Ayán

Al acto acudieron un centenar de profesores, que durante las jornadas recibirán las claves y herramientas necesarias para enseñar de manera adecuada este periodo especialmente importante para Cádiz. Porque, en palabras de Javier Palop, director dela Fundación SM: "la enseñanza de historia de la ciudad en que uno vive es fundamental para entender sus propias raíces". Para que este objetivo se cumpla, la organización ha programado una serie de conferencias impartidas por expertos en comercio, política, economía o arquitectura en el siglo XVIII.

El delegado territorial de Educación en Cádiz, Juan Luis Belizón, destacó durante su intervención la necesidad de situar al profesor en un lugar privilegiado y la necesidad de reflexionar sobre el presente a través de la historia, con el objetivo de enmendar errores pasados. En esa misma línea se situaba la delegada en Sevilla, Francisca Aparicio Cervantes, que hacia hincapié en la decisiva labor del docente. "Si se conoce la historia, se conoce el presente y también se conocerá el futuro", reflexionó.

Por último, el diputado Fran González, que abrió y cerró la presentación de las jornadas, hizo referencia al espíritu de colaboración y entendimiento entre diferentes administraciones públicas y privadas que se puede extraer de la creación de estas jornadas.

La lección inaugural recayó en la académica de Historia Carmen Sanz Ayán. Su discurso se tornó en una reivindicación del papel de la Historia y la enseñanza de humanidades para crear una ciudadanía crítica, madura y capaz de afrontar los retos que plantea el mundo de hoy, donde el cortoplacismo y la manipulación amenazan de manera cada vez más acusada los cimientos de la sociedad.

Sanz Ayán, premio Ortega y Gasset en 1993 y premio Nacional de Historia en 2014, comenzó su intervención rescatando la obra del fraile gaditano Fray Gerónimo de la Concepción y su obra Emporio de el Orbe (1690) en la que ya se hacía una defensa de la preeminencia comercial de Cádiz. Su recuerdo sirvió de enlace para tratar la labor del historiador contemporáneo y los riesgos a los que se enfrenta esta disciplina a diferentes escalas. Entre otros temas, destacó la necesidad de plantear una enseñanza de la historia cronológica, porque "estudiar una Historia sin fechas es confundirlo todo y no entender nada".

Tras analizar el "estado de salud" de la Historia en el ámbito académico y repasar de manera sucinta las corrientes historiográficas, inició una exposición sobre los beneficios del conocimiento histórico para la sociedad contemporánea.

Sanz criticó que, en un momento en el que el saber técnico y el conocimiento práctico, la Historia quede cada vez más relegada en los planes de estudio. En su opinión, es imprescindible hacer una Historia divulgativa de calidad, clave para desarrollar un pensamiento crítico y el descubrimiento de valores.

Posteriormente tuvieron lugar las intervenciones de Carlos Martínez Shaw, sobre comercio de ultramar y la de Manuel Bustos sobre Cádiz en el siglo XVIII, centrada en el auge experimentado por la ciudad tras la llegada del Consulado de Indias y la Casa de Contratación.