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Cádiz

Arribó al puerto gaditano su primera mujer estibadora

  • Susana Bermúdez Tallafé, de 36 años, lleva ocho trabajando con las ingentes mercancías que se mueven en el muelle y rodeada siempre por hombres

Piense en el puerto de Cádiz. En las personas que en él trabajan realizando labores de carga y descarga de las embarcaciones que arriban o parten. Imagine esa escena de estibadores sacando los cargamentos de las bodegas de los barcos, y sitúe en ella a una mujer. Sí, a Susana Bermúdez Tallafé, la primera mujer estibadora del puerto de Cádiz.

La gaditana, de 36 años, desarrolla su quehacer profesional rodeada de hombres. Trabaja codo con codo con unos 70, y a ellos suma decenas de marineros y transportistas con los que se relaciona en su día a día. "En una ocasión, un camionero abandonó su vehículo y se vino flechado hacia mí para asegurarse de que yo era una mujer y estaba trabajando como estibadora portuaria. Me felicitó por ello", recuerda riendo.

Fue en 2005 cuando la joven accedió a este puesto de trabajo que en España desempeñan escasas mujeres. El empleo lo consiguió gracias a su progenitor, José Antonio Bermúdez. "Mi padre es portuario, ha trabajado toda la vida en el puerto gaditano y a mí siempre me ha apasionado su trabajo. Hace ocho años se abrió una lista de puestos eventuales para hijos de portuarios, y me animé. Desde entonces soy estibadora". "A mi padre -agrega- le debo el haber descubierto mi verdadera vocación. Me encanta mi trabajo, me siento realizada. Merece la pena volver al día siguiente", comparte Bermúdez Tallafé transmitiendo su ilusión.

El hecho de que se sienta tan cómoda en su puesto laboral se lo debe, en parte, a Jesús Rodríguez, gerente de su empresa, Estigades. Rodríguez la animó a trabajar en el muelle y a sacarse, posteriormente, el carné de gruista. Y también resalta el apoyo recibido por parte de sus compañeros. "Nunca me han hecho vacío por ser mujer, y cuando han intentado aliviarme de trabajo, bien porque entrañaba cierta peligrosidad o un gran esfuerzo físico, me he negado. Me conocen y saben que me enfado. Saben que deben tratarme como a uno más".

La profesión de Susana exige buena forma física, mucha concentración y algo más: estar siempre alerta, pues el riesgo y el peligro acompañan a los estibadores en su jornada laboral. "Es peligroso. Te tiene que gustar mucho este trabajo.... Te exige estar preparado física y mentalmente porque, además de cargar constantemente con ingentes mercancías, tienes también que saltar de un contenedor a otro días de mucho viento o lluvia, o colocar con ayuda de la grúa pesados containers que han sido tumbados en alta mar como consecuencia de algún temporal. Si te pasa algo en este trabajo, no será precisamente un corte en un dedo, sino algo más grave. Trabajamos con toneladas, por eso recibimos muchos cursos de Riesgos Laborales, y los equipos de protección son indispensables para nosotros".

Afortunadamente, la gaditana nunca ha sufrido un percance. Suerte pero también preparación. Diariamente Susana se entrena en un gimnasio y también practica la natación y el surf. Su trabajo le exige esta preparación física, pero a ella no le supone ningún esfuerzo. Lo hace encantada porque disfruta practicando deporte.

Disfruta ejercitándose y también formándose. Desde que su gerente la animó a sacarse el carné de gruista, Bermúdez Tallafé no ha parado de acumular carnés y títulos. Puede llevar grúas, camiones, carretillas elevadoras y posee los títulos de apuntador (da instrucciones en la entrada de carga y descarga) y de amantero (da instrucciones a los gruistas). Todo ello, porque ama a su trabajo y porque persigue un sueño: "formar parte de la plantilla fija de estibadores del puerto de Cádiz". "Aún no lo he conseguido, pero creo que ya me queda poco para cumplir mi objetivo", dice esperanzada.

Esa misma sonrisa la mantiene al asegurar que le gustaría tener compañeras. Explica que actualmente un par de chicas desempeñan, en determinadas ocasiones, tareas en el muelle, aunque a un ritmo de trabajo diferente al suyo. "Yo animo a todas las mujeres interesadas en esta profesión a que se adentren en este mundo, a pesar de ser un mundo predominantemente masculino. No deben tener miedo. Las animo. Lo importante es que estén convencidas, preparadas y que sean conscientes de que es un trabajo con riesgo, peligroso a veces".

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