El Ayuntamiento ha descartado el traslado de la polémica fuente de la Comunicación -situada en el acceso de la ciudad por La Ardila- al cercano parque del Oeste, alternativa que había barajado ante la necesidad de reconfigurar toda la zona con motivo de las obras del tranvía y que no convencía prácticamente a nadie. Ni a vecinos ni a colectivos ciudadanos ni, por supuesto, a la oposición.

Todos ellos habían mostrado en los últimos meses su oposición ante el lugar escogido por el equipo de gobierno para reubicar esta fuente del arquitecto Óscar Tusquets al entender que afectaba gravemente a una de las zonas verdes más utilizadas por los ciudadanos y, concretamente, al espacio en el que se situaba la zona de juegos infantiles, aunque ésta se iba a reubicar en otra área.

Pero, ayer, el alcalde, Manuel de Bernardo, desveló otra alternativa, una opción que pasa por no mover el monumento de su sitio, por dejarlo en la rotonda situada en la confluencia de las avenida Gómez Pablo y Pery Junquera. Una solución que hasta el momento no se había barajado porque se desconocía si era técnicamente viable y porque, de serlo, precisaba de importantes modificaciones en el monumento que han sido consensuadas con su autor.

Los cambios fundamentales son dos. El primero, la eliminación de los vasos circulares que conforman los estanques concéntricos externos y que se sitúan en la misma base de la estructura. Y el segundo, el desplazamiento de todo el monumento hacia uno de los laterales de la rotonda.

Al moverse de sitio y prescindir de toda su base -el monumento quedará prácticamente reducido al cubo y a la nave que lo atraviesa como símbolo de la comunicación entre los continentes- permitirá que la glorieta tenga un ancho más que suficiente para facilitar el paso del tranvía, que la atravesará para entrar en la ciudad y pasará así por al lado del monumento.

Esta nueva propuesta, según informó el Ayuntamiento, ha sido consensuada con el autor de la obra, el arquitecto Óscar Tusquet, con el que el alcalde ha mantenido varias conversaciones durante las últimas semanas. Desde el Gobierno municipal se trataba sobre todo de abordar estas modificaciones con el mayor respeto al valor monumental y artístico de la moderna estructura.

De Bernardo ha tildado estos cambios de "reinterpretación" de una obra que, por sus enormes dimensiones, hacía prácticamente inviable su traslado a otro punto de la ciudad. La única alternativa posible era el extremo del parque del Oeste, que desaprobaban los ciudadanos. De ahí que haya reconsiderado su postura.

Para el alcalde, la propuesta -que ha puesto en conocimiento del presidente de la federación de asociaciones de vecinos Isla de León, Antonio Romero, para que la expusiera a los colectivos de La Ardila y zonas cercanas, que habían mostrado su rechazo al traslado- constituye "la mejor solución a un tema complejo y que nos preocupaba".

El regidor, igualmente, ha subrayado la valía del monumento, "un proyecto -ha dicho- del que nos sentimos orgullosos y en el que pondremos todo el esfuerzo que se precise para que se pueda conservar". Por ello, se ha consensuado la solución con su autor, el arquitecto Óscar Tusquets, que apuesta por conservar la presencia simbólica del agua pero procurando que ésta no alcance a la estructura, así como la supresión de los estanques circulares de la base -que se disfrutan poco desde la perspectiva de los automovilistas- manteniendo la imagen de la nave que gotea y adoptando la solución técnica adecuada. El socio de Tusquets y director general de su estudio, el arquitecto Carles Díaz, ha brindado al Ayuntamiento todos los apoyos técnicos que pueda precisar para garantizar el éxito de esta compleja operación. El monumento, definitivamente, no cambiará de sitio pero tendrá que someterse a una delicada intervención.