El convenio con Defensa para recuperar suelo cumple diez años sin que la ciudad haya iniciado el desarrollo de algunos de estos terrenos. El documento firmado entre el Ayuntamiento y el Ministerio se refería al polígono de tiro Janer, a parte del espacio que ocupa el acuartelamiento de Camposoto y a los polvorines de Fadricas. El entendimiento en este último tema resulta evidente, por lo que, después de años de bloqueo e incertidumbre, al menos la disposición de las partes coloca más cerca el objetivo de que San Fernando puede contar en el futuro de estos suelos.

Los terrenos también conocidos como Punta Cantera han sufrido un periplo complejo: con pasos adelante hacia esa recuperación final por parte de la ciudad, pero también con duros retrocesos. A finales de los años 90 Defensa desmilitarizó esta superficie de unos 500.000 metros cuadrados, y los polvorines fueron llevados a Rota. Poco después este suelo fue desafectado. Un nuevo impulso recibió el proceso cuando el protocolo de intenciones para la recuperación de suelo militar se suscribió, hace hoy diez años. Cuatro años y medio después, sin embargo, el Ayuntamiento inició la reserva de suelo de estos terrenos, situados Caño Herrera y la Casería de Ossio, para incorporarlos a su patrimonio. Pretendía evitar, sostuvo el entonces alcalde, Manuel de Bernardo, una operación parecida por parte de la Junta de Andalucía. Eso motivó el bloqueo sobre este asunto por parte de Defensa, que recurrió a la Justicia, aunque sin recibir su respaldo. Poco antes de las elecciones municipales de 2011 el Ministerio anunció su adhesión al acuerdo de bases para el desarrollo de esta superficie, al que ya se habían sumado los pequeños propietarios y los reversionistas -la familia Vela de la Flor-. En mayo pasado esa aceptación fue efectiva, con la rúbrica del director gerente del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa, Miguel Ángel Rodríguez Villanueva.

La visita que el equipo de gobierno realizó a principios de junio sirvió para conocer este espacio, cerrado durante muchos años, que permanece virgen en muchos aspecto. En el recorrido realizado se observó de cerca el potencial de desarrollo. De cualquier manera, hay que ser prudente porque en todo caso ahora queda por delante ponerlo en marcha, y los trámites serán largos y tediosos.

A las buenas noticias sobre los polvorines de Fadricas, podría unirse pronto otras nuevas acerca del polígono de tiro Janer. Esta superficie, situada a un lado de la entrada de la ciudad desde Cádiz, aguarda desde hace año para esclarecer su futuro la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En este suelo se planeaba la construcción de un parque empresarial, para actividades industriales, comerciales, de hostelería y ocio y uso terciario, pero para ello para empezar hace falta el cambio de uso de equipamiento a actividad económica, y la edificabilidad del terreno. Después podría materializarse la adquisición por parte de Zona Franca, aunque en el panorama económico actual las intenciones podrían variar.

El asunto más complicado de todos, sin duda, es el referido a Camposoto. No solo no hay movimiento para una desafectación, sino que en el acuartelamiento se reubicaron dos regimientos nuevos. Estos suelos siempre han sido reclamados por la ciudad por sus grandes posibilidades de desarrollo, cerca de la playa, lo que convierte la superficie en un espacio ideal para su uso hotelero.

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