El empresario jerezano José María Ruiz-Mateos y Jiménez de Tejada fue detenido y encarcelado posteriormente ayer en la cárcel madrileña de Soto del Real por orden del juzgado de ejecutorias número 7 de Madrid. El ingreso en prisión viene motivado por la sentencia del caso conocido como 'Waltari', en el que el dueño de Nueva Rumasa fue condenado a tres años de prisión por delitos contra la Hacienda Pública.

El patriarca de la familia Ruiz-Mateos se encontraba en su domicilio de Somosaguas a las once de la mañana cuando agentes del Cuerpo Nacional de Policía se personaron allí para llevarle a comisaría. Fuentes a las que ha tenido acceso este medio aseguraron que el motivo esgrimido fue un reconocimiento médico-forense. Al parecer fue el resultado de dicho examen el que provocó el ingreso carcelario. Alarmada la familia -señalaron dichas fuentes- por la tardanza, a las tres de la tarde obtuvieron la confirmación de que había sido ingresado en el mencionado centro penitenciario madrileño. José María Ruiz-Mateos se encuentra ingresado en la enfermería de Soto del Real, en donde entró en el interior de una ambulancia. Este medio ha podido saber que una de sus hijas, Patricia, se desplazó hasta el centro penitenciario para entregar la amplia y variada medicación que debe tomar su padre, a lo que accedieron las autoridades del centro penitenciario.

Hace apenas unas semanas la Audiencia Provincial de Madrid, en la instrucción del 'caso Corporación', consideró a José María Ruiz-Mateos como inimputable. En aquella ocasión, los informes remitidos por los servicios forenses devinieron en determinar que el dueño de Nueva Rumasa "presenta un estado psicofísico que supone un deterioro de la habilidad cognitiva, comunicativa y funcional, que impide el traslado y asistencia a juicio oral, así como la capacidad de comprender y valorar los supuestos hechos que se le imputan".

Aunque este medio no ha podido tener confirmación de este hecho, la familia ha mostrado a sus allegados un hondo estado de preocupación e incluso han mostrado su sorpresa por el hecho (señalaron segundas fuentes) de que guardias civiles de Soto del Real aseguraran que en toda su carrera profesional jamás habían vivido el encarcelamiento de una persona de tanta edad.