Provincia de Cádiz

La ciudad pierde peso como destino turístico con el cierre de hoteles

  • La prevista clausura temporal del Santa María se suma a la pérdida de establecimientos señeros y al abandono de proyectos El Puerto se queda atrás frente a otras localidades

Aunque sea un cierre temporal, la anunciada clausura del céntrico hotel Santa María a partir del día 23 y durante los primeros meses de 2015, es un eslabón más en una cadena de clausuras y proyectos fallidos que invitan a reflexionar sobre qué puede estar ocurriendo en la ciudad para que haya pasado de ser un destino turístico de primer orden a ocupar un papel secundario en un sector que es clave para la recuperación económica. Si se exceptúa la apertura del nuevo hotel Las Suites de Puerto Sherry y algún otro establecimiento, el panorama de estos últimos años en el sector hotelero es desalentador. La ciudad, que en los años 80 fue punta de lanza en la provincia como destino turístico, ha perdido hoteles y complejos de calidad y experimenta un preocupante declive, con cierres temporales de hoteles en temporada baja y proyectos hoteleros que no terminan de cuajar.

El Puerto ha perdido peso frente a otras ciudades del entorno, que han sabido aprovechar mejor sus recursos y desarrollar una verdadera industria hotelera que les garantiza creación de empleo y riqueza. En la pérdida de este tren han influido los años en los que se ha fomentado la construcción residencial frente a los proyectos hoteleros.

Como pérdidas notables de hoteles señeros, la ciudad sufrió el cierre en 2006 del hotel Caballo Blanco, de cuatro estrella y muy reconocido por el turismo nacional, en cuyos terrenos no ha llegado a construirse el nuevo establecimiento previsto, encontrándose en el más completo abandono. También perdió El Puerto, ya en 2007, un complejo turístico referente internacional, el Club Mediterráneo, una ciudad de vacaciones que atendía hasta 900 personas, cuyo modelo de gestión era diferente al de los hoteles convencionales pero que suponía un acicate para el turismo, recibiendo en especial visitantes procedentes de Francia, que sienten especial predilección por esta zona. El antiguo Club Mediterráneo está abandonado, a la espera de algún proyecto que lo reactive, tiene un gran potencial turístico y se encuentra junto a las playas de Las Redes y el Cangrejo Rojo, rodeado de pinares.

Otro cierre sonado fue el del hotel Duques de Medinaceli, que se clausuró en 2012, un establecimiento de lujo y con un elegante jardín, con pocas habitaciones y un ambiente acogedor. El hotel perteneció al Grupo Jale y sigue cerrado. Existen otros proyectos hoteleros que duermen el sueño de los justos y nunca llegaron a materializarse, como el hotel Winthuyssen, que se iba a construir en una mansión de la calle Larga y sigue a la espera.

Otro proyecto fallido es el hotel de cinco estrellas de Bahía Blanca, en uno de los pocos terrenos cercanos al mar que han sobrevivido a la fiebre especulativo - residencial que se desató en los años 90 y 2000, que sustrajo los mejores terrenos para la construcción de adosados, perdiendo la ciudad una oportunidad de oro para desarrollar una industria turística capaz de generar riqueza.

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