El Almirante de la Flota, Santiago Bolíbar Piñeiro, tiene las ideas claras. Afirma, sin titubeos, que "en la línea de industria de construcción naval militar, España está en la excelencia", tras citar como ejemplos las fragatas F-100, los BAM (buques de acción marítima) o el flamante buque de proyección estratégica Juan Carlos I.

La opinión del alto oficial general naval resulta aún más valiosa, dada su trayectoria profesional, que acumula gran cantidad de misiones internacionales en diversos países. Un trabajo intenso y absorbente, siempre al mando de unidades y fuerzas españolas, en lugares de gran tensión geopolítica o de vital importancia estratégica.

Como ejemplo y sólo durante el ultimo sexenio, este curtido marino ha mandado la Fuerza Anfibia Operativa 150, desplegado en Líbano durante dos cruciales meses del 2006.

Al año siguiente, lideraba el Grupo Táctico desplegado durante las Galiber 07 (desarrolladas por Francia, Portugal, Francia y Marruecos en el Atlántico y el Mediterráneo), asumiendo el control sobre todos los buques participantes. Finalmente, en el 2008, enarboló su insignia a bordo del buque de desembarco Galicia para dirigir el despliegue 'Espabras', una misión desarrollada conjuntamente por España y Brasil, efectuando ejercicios anfibios a uno y otro lado de las costas oceánicas.

Hijo, nieto, bisnieto, tataranieto y chozno de un linaje de gentes de mar; la familia del almirante Bolíbar cuenta casi con igual número de navegantes civiles como de marinos de guerra (uno de sus tatarabuelos fue capitán general en La Habana).

Tal vez por eso Santiago Bolíbar Piñeiro (Pontevedra, 1950), parecía predestinado a surcar los mares.

"Yo no hablaría de predestinación -sonríe Bolíbar-. Más bien y como escribía Jaime Balmes en El Criterio, en mi caso, se trata de proximidad".

El Almirante de la Flota tiene una voz bien timbrada, cuyo tono se mantiene cortés e interesado, a lo largo de todo el recorrido en su visita ayer a la sede de Diario de Cádiz .

Una jornada que comienza temprano, pese a que el alto jefe naval viene ya de un acto oficial previo; la inauguración de un simposio internacional en el Real Observatorio de la Armada, y se prolongará aún más por las múltiples obligaciones que le aguardaban durante la jornada.

Además de citar con soltura al filósofo y tratadista español del XIX, Santiago Bolíbar alumbra detalles de marino ilustrado a lo largo de esta visita. Tanto si examina, con vivo interés, los añejos tomos de las colecciones históricas de Diario de Cádiz; como cuando el director de este medio, Rafael Navas, le explica las redes y soportes informáticos de información y comunicación con los que trabaja el Grupo Joly.

A este último tenor, el almirante realiza algunos comentarios precisos, que denotan su buen conocimiento del tema. Algo comprensible, habida cuenta que ocupó la Jefatura de la División de Sistemas de Información y Comunicaciones (CIS) de la Armada Española, e incluso llegó a ser distinguido, en 2011, con el premio DINTEL, un galardón que premia a los más reconocidos directivos de TESIC (Tecnología y Seguridad de Infraestructuras Críticas), tanto del sector público como del ámbito privado.

En todo momento, Santiago Bolíbar jamás oculta su entusiasmo por la navegación, no solo como profesional sino como amante de la vela, desde la más tierna infancia.

Ya a los seis años de edad, el almirante se inició en la navegación por las rías de su tierra natal, gracias a una familia de apasionados por la mar. Una iniciación náutica donde era frecuente que alternara las viejas embarcaciones de vela triangular con las clases náuticas de competición provistas ya de aparejo marconi. No sería el único en su familia que se distinguió a la caña de un Snipe. Sus primos, los hermanos Masó, llegaron a ser campeones nacionales de dicha categoríade balandros.

Esa constante entre amor a los océanos, a la Marina y al pensamiento de la Ilustración, quedará incluso reflejada en su firma en el libro de honor, donde el Almirante destaca la relación de este Diario y Cádiz con el mar y la Armada, y agradece la visita:

"Es para mí un honor -escribe Santiago Bolíbar- y una satisfacción visitar el Diario de Cádiz, que desde su fundación, que cumple el sábado que viene 145 años, ha estado vinculado a la mar en Cádiz, y por tanto a la Armada y su acontecer y así ha continuado y esperamos que continúe. Mi enhorabuena por su historia, y por cómo, en arte y ciencia tan difícil como es informar, no sólo se ha mantenido sino que ha crecido cubriendo toda Andalucía y por tanto por la red el mundo entero.

Gracias por esta interesante y entrañable visita y suerte en tiempos tan difíciles que sin duda sabréis capear".

No se le despista al almirante cualquier vicisitud que concierna a la sociedad civil. De hecho, su contacto constante con los intereses de sus compatriotas, le ha hecho ser distinguido en varias ocasiones por diferentes sectores.

Tal sería el caso del afecto que le profesan los pescadores del concejo de Burela (Lugo), quienes llegaron a pedirle que pronunciara el pregón en su Fiesta del Bonito, en agradecimiento al apoyo y soporte que Santiago Bolívar les dispensó desde su mando del patrullero de altura Chilreu, tras las duras campañas en los mares de Irlanda. También, el pasado año, pronunció el pregón de la Semana Santa lucense.

Hombre de amplia cultura literaria y afición a la lectura, el almirante también acudió a unos versos, los del poema Patria, para dirigirse a los participantes en la jura de bandera civil, acaecida en Cádiz, a principios de este mes. Una bella composición inspirada por la pluma del poeta Federico Grases, quien fue, por cierto, comandante del Tercio Alejandro Farnesio de la Legión.

A lo largo de la conversación informal que Santiago Bolíbar mantuvo con los periodistas de este medio, hubo también frecuentes reflexiones sobre personajes y episodios históricos, destacando el almirante la figura de Bernardo de Gálvez, gobernador español de La Luisiana, cuyo decidido apoyo a los independentistas estadounidenses (España controlaba el acceso al río Misisipi, por entonces), llevó a éstos a obtener la victoria sobre sus antiguos colonizadores británicos.

Santiago Bolívar también demuestra el buen conocimiento que posee de las circunstancias sociales y demográficas de la Bahía de Cádiz, donde ha estado largo tiempo destinado en empleos anteriores.

El Almirante se refirió a las más de 9.800 personas que forman parte de la Armada y de la Flota, en la Bahía de Cádiz. De hecho, se puede decir que es la empresa que más personas empleadas tiene en esta comarca gaditana. En la Base Naval de Rota, donde está el Cuartel General de la Flota, la Armada, supera los cinco mil uniformados. El número es mucho mayor que el total de integrantes de la Marina estadounidense, con la que comparten uso de estas instalaciones militares. "La Armada es la empresa más grande de la Bahía", asevera Bolíbar.

En total, según datos de 2011, casi 6.000 militares de tropa y marinería han nacido en la provincia y la mayoría han optado por este ejército. Unos 3.800 gaditanos forman parte de la Armada y sólo en Cádiz hay destinados más de 8.000 soldados y marineros.