tribuna libre

José / Berasaluce / Linares / Historiador

Cádiz al gusto italiani

Causa sorpresa la polémica ocasionada por la comparsa de Juan Carlos Aragón, 'La Sereníssima, que no sólo representa un tipo de gondolero italiano sino que utiliza en sus letras un macarroni veneciano que, al parecer, ha sido lo que ha ocasionado la discusión entre la afición. Y que además se ha expuesto a una crítica no por lo que dicen sus letras sino por cómo lo dicen, esto es, en la utilización de vocabulario italiano.

Y mi sorpresa está basada en que la historia moderna y contemporánea nos ha enseñado que esta ciudad está conformada por la influencia genovesa, francesa, inglesa y por lo que ha representado como cabecera de puerto de indias, ciudad culta y burguesa.

Es imposible concebir esta ciudad sin el cruce de culturas, sin la mezcla de influjos que llegaron del mar por su rico pasado vinculado al tráfico mercantil. Desde el siglo XVII nos encontramos con una arquitectura barroca gaditana como las casas de Diego de Barrios, la actual Casa de las Cadenas en la calle Cristóbal Colón (1.692), o la Casa del Almirante en 1687 en el Pópulo con Mármoles genoveses obra del italiano Giacomo Antonio Ponzanelli.

Ramón Solís en su Cádiz de las Cortes ya nos indica como en siglo XIX las casas de comercio extranjera influyen no sólo en la formación económica de los comerciantes nacionales sino en el campo de la política y de la vida misma de la ciudad. Corresponsales, comisionistas, consignatarios, consulados nos llenaron de actividad económica.

Pero mucho antes del Cádiz de las Cortes se encuentran antecedentes teatrales de influencia italiana en el siglo XVIII gaditano. En el Archivo Histórico Municipal se encuentra en las Actas capitulares desde 1739 la intención de construir un nuevo teatro de ópera italiana y de cómo se le obliga a actuar en la entonces llamada Casa de Comedias. Años más tarde en 1762 aparece un documento muy significativo en el Cabildo en el que se "ceda la primera fila del Palco en el Teatro de la ópera Italiana a las Sras. del Capitán General y Gobernador" (Los cuelos y el protocolo son algo muy gaditano)

En 1768 (13 de agosto) ya se habla del coliseo italiano para la "ópera de cantarines extranjeros" y más tarde en 1771 (25 de mayo) nos encontramos con una maravillosa polémica en la que "la Compañía de cómicos italianos que van a la Corte, representen en la Casa teatro de Óperas italianas, esperando rebajen algo el precio de las entradas"

Con ello se pretende demostrar que esta milenaria ciudad tiene una constante influencia italiana que hunde sus raíces no sólo en el paisaje urbano, en la arquitectura, o en la historia teatral sino en el imaginario colectivo.

Una ciudad concebida para la música y el buen gusto no puede negarse a entender un pasodoble con vocablos venecianos. Nuestra afición ha sido culta, cosmopolita, abierta y pocas ciudades pueden tener tanta tradición e influencia genovesa como Cádiz.

Un poco de tolerancia musical, más oído y atención y sobre todo más conciencia de nuestro pasado nos ayudaría a comprender que con independencia de la calidad o del sentido crítico de la comparsa de Aragón, Cádiz siempre fue ejemplo de un público que sabe escuchar al gusto italiani.

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