Cultura

Encuentro de profesoras y poetas para celebrar el Día de la Mujer

  • Diversas autoras de la provincia se dieron cita ayer en el instituto La Caleta para acercar la poesía femenina a alumnos de bachillerato y secundaria

"Es cierto que, afortunadamente, no estamos en los países árabes -comentaba, durante su intervención, la poetisa Mercedes Escolano-. Aún así, hace no tanto tiempo, las mujeres en España necesitaban el permiso de los maridos para escribir. Pero como yo soy soltera y nací en democracia, no tengo esos problemas y, dado que me tocó ser mujer, decidí aprovecharme de las ventajas".

Escolano, que da clases en el Pintor Juan Lara de El Puerto, fue la encargada de abrir un encuentro "híbrido", surgido al calor de las citas realizadas durante todo el año acerca de la Generación del 27. En esta ocasión, la excusa la ha dado el calendario y la iniciativa ha surgido desde el propio IES La Caleta, como un modo de recordar el Día de la Mujer Trabajadora. Así, coordinada por José Manuel Benítez Ariza, la cita de ayer pretendía acercar a la poesía en voz de mujer a varios alumnos de bachillerato y secundaria. Charla y lectura se mezclaron de la mano de Mercedes Escolano, Blanca Flores, Rosario Troncoso y Raquel Zarazaga en un encuentro que repasó los muy diferentes estilos que permite el género y, sobre todo, su infinita temática.

Así, Mercedes Escolano describió, en uno de sus poemas, su relación con la literatura: "Escribo, sobre todo, para jugar con las palabras -añadió-. Tal vez por eso, para mí son muy importantes los inicios y finales de los versos. Quedan como puntales y, a partir de ahí, voy construyendo como una enredadera". Igualmente, Zarazaga recordó a una compañera, "de mis años de adolescente", que escribía poemas y los colgaba en el corcho de la clase. "Ahora es una conocida poetisa, María Iglesias". Y, sobre todo, la autora bilbaína rememoró a una profesora de Literatura que fue la que "me enseñó el gustó por las palabras". Tal vez por eso, su intervención comenzó con un poema que recordaba a los judíos perseguidos en la II Guerra Mundial "que escondían libros o que se dedicaban a contar esas historias de boca en boca".

Cuestiones como las telenovelas de radio, la nostalgia de invierno, el maltrato, la condición femenina, el amor o el mundo virtual desfilaron, con percha de rima desordenada, de prosa lírica, de reflexión intimista o incluso de haiku para hacer llegar el mensaje de que la poesía encierra mucho más que sus clichés. Como también ocurre, por supuesto, con las voces de mujer.

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