Primeras reclamaciones en la Omic contra el gimnasio Body Factory
Una entidad financiera reclama el pago de la cuota a varios de los afectados · Comercio aconseja que comuniquen que han presentado una denuncia para evitar que puedan ser registrados como morosos
La Omic (Oficina Municipal de Información al Consumidor) ha recibido hasta ahora 68 reclamaciones por el cierre del gimnasio Body Factory del parque comercial Bahía Mar. Éstas se pueden entregar en estas oficinas municipales desde el pasado martes.
No obstante, el concejal de Comercio, Francisco Aguilar, adelantó que esta cifra se podrá "multiplicar" en los próximos días. Por este motivo, para la próxima semana se habilitará un dispositivo de recogida de reclamaciones en horario de tarde, que estará abierto los días 25, 27 y 29 en horario de cinco a siete. Esta medida se ha tomado para posibilitar que todos aquellos afectados que por motivos laborales no puedan acudir por la mañana.
Según lo explicado ayer por el Ayuntamiento, entre las reclamaciones recibidas hay un importante número de usuarios que tenían firmado contratos de financiación para hacer frente a la cuota anual del gimnasio y que están siendo objeto de llamadas por parte de una entidad financiera para que abonen los plazos que han dejado de atender. Por este motivo, desde la Oficina Municipal de Información al Consumidor se está aconsejando a los afectos a que presenten cuanto antes su reclamación y envíen la copia sellada que se les entrega a esta entidad, solicitándole la paralización de los recibos pendientes basándose en lo establecido en la Ley de Crédito al Consumo.
Aguilar explicó que esta acción se basa en una sentencia de la Audiencia de Provincial de Madrid sobre el caso 'Opening', la empresa de academias de inglés que cerró dejando a sus usuarios sin servicios pero con la obligación de abonar sus servicios ya que lo habían financiado. Así, el fallo establece que, según apunta el Ayuntamiento, las entidades financieras deben "declarar resueltos los contratos de créditos suscritos" (en este caso con los alumnos de las academias Opening) "y restituir a los afectados en las cantidades que pagaron a dichas entidades desde entonces". En este sentido, el tribunal recordaba que "las entidades financieras no eran desconocedoras de la situación y de la alarma social creada, si bien no por ello dejaron de cobrar sus cuotas, a pesar de que los consumidores enviaron comunicaciones a dichas entidades a fin de declarar resueltos los contratos, haciendo caso omiso a dichas solicitudes". Indicaba, además, que "la entidad financiera nunca debió incluir a los perjudicados en un archivo de morosos" por lo que las cantidades cobradas indebidamente deberían devolverse incrementadas en el interés legal del dinero.
Por otro lado, el responsable de Comercio explicó que en algunos casos queda corroborada la "mala fe" de los titulares del gimnasio "ya que se estuvieron cobrando cuotas anuales incluso el día antes de cerrar definitivamente, cuando la actividad ya había bajado considerablemente como consecuencia de las sospechas de los clientes que dejaron de acudir ante los movimientos extraños de personal y maquinarias, y no por ello el responsable informó a los usuarios de la situación ni dejó de hacer contratos anuales". De hecho, hay algunos casos en los que las cantidades reclamadas ascienden a más de 1.000 euros ya que a la reclamación por los meses no consumidos se añaden otros servicios extras como bonos de masajes, fotodepilación o sesiones de fisioterapia, cobrados por anticipado y que los usuarios no han podido ni siquiera comenzar a consumir.
El gimnasio cerró sus puertas el pasado día 2. Previamente, la firma Body Factory le retiró la franquicia por diversos incumplimientos.
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