Ruidos, terrazas y cigarros falsos: los efectos colaterales de la Ley

El Paseante

Los hosteleros no saben si el descenso de las ventas se explica por la crisis o por la prohibición de fumar en el interior de los bares, aunque coinciden en señalar que los clientes fumadores se están adaptando con normalidad a la nueva Ley saliendo fuera de los locales para echarse un pitillo a pesar del frío invernal

El propietario del restaurante-café-charcutería El Tendero, en Canalejas, ha dedicado estas palabras a los fumadores.
El propietario del restaurante-café-charcutería El Tendero, en Canalejas, ha dedicado estas palabras a los fumadores.

14 de enero 2011 - 01:00

A ti, fumador! Que cambias mi sonrisa por tu cigarro. Mi sinvivir por tus deseos, por exhalar humo... A ti que me arrojas cual colilla, te diría dos cositas, así que entra, CONSUME y escucha el lamento del que NO TIENE CULPA.

Estas palabras las rubrica Manuel Rodríguez, propietario del restaurante-café El Tendero, en Canalejas. Unas palabras que lucen desde hace unos días en la pizarra que cuelga junto a la puerta del local. Accedemos al mismo con ansias de escuchar esas dos cositas, y nos atiende María Eugenia Hernández, co-propietaria del negocio junto a su marido. Lo primero que manifiesta esta fumadora es que no está en contra de la Ley Antitabaco, "pero no es el momento de aplicarla. Con la crisis, los negocios de hostelería no van bien, y encima esto. La gente consume más cuando fuma. Ya lo estamos notando". Y a ello suma su deseo de que el Ayuntamiento le otorgue la licencia para instalar una terraza en la calle. "La pedimos hace dos años pero no nos la concedieron. Ahora vamos a volver a solicitarla, y esperamos que en el Consistorio sean conscientes del daño que nos hace la nueva norma y nos la otorguen. Así nuestros clientes fumadores seguirán viniendo y consumiendo en la terraza".

¿Pero es la crisis o la prohibición de fumar lo que está vaciando los bares? Ambas cosas, según otros hosteleros consultados. En plena cuesta de enero es difícil calibrar la repercusión de la medida antihumos. Cuando los bolsillos se recuperen, allá por el Carnaval, será el momento de hacer un balance más real. Mientras, en los bares de la ciudad, encargados y propietarios coinciden en que la clientela fumadora está demostrando una gran capacidad de adaptación. "Me esperaba más problemas, pero quienes quieren fumar salen a la calle y vuelven a entrar", comenta Yolanda Delgado, dueña de la cafetería Mónaco, en la calle Montañés. La hostelera notó descenso de ventas el pasado fin de semana, aunque lo achaca al vacío de los monederos tras la Navidad.

Alrededor de las 12.30 horas de ayer, el interior de la cafetería Andalucía, en la calle Columela, estaba desierto, no así las terrazas. "Café o cerveza y cigarro van unidos y muchos clientes se van fuera. Otros han dejado de venir por aquello del frío en el exterior", asegura José María Aircado, encargado del establecimiento. "La gente se ha adaptado bien a la norma", añade. No quiere echar la culpa del descenso de ventas al tabaco. "Esto viene de antes y después de Reyes siempre viene un bajón", explica.

"La gente se acostumbrará como ha pasado en otros países. De hecho, en mi bar no hay problema alguno. Los bares están mejor libres de humos". Lo dice Paco Rubio, de El Teniente Seblón, en El Pópulo. Desde hace dos años, este local ofrece mantas a los clientes que en invierno se sientan en las mesas de la calle, según idea tomada por Rubio en un viaje a Berlín. Así, fumar al aire libre en frías noches es menos problemático.

Los hay también muy enfadados, como Susi Álvarez, de la marisquería Joselito. "La ley antitabaco es la puntilla a la hostelería", dice con rotundidad. El conocido hostelero se ha planteado dar desayunos "para contrarrestar las pérdidas ocasionadas por la Ley, lo que no hemos hecho en 34 años". Pide además más flexibilidad con las terrazas: "nos dejan poner sólo dos laterales, con el frío que hace en Canalejas. A menos que dejen tres lados de toldos para resguardar del frío a los clientes". En mitad de sus quejas, Susi encuentra algo positivo. "La única ventaja es que podrán entrar en los bares familias con niños que antes no lo hacían porque había mucho humo", sentencia.

Otro de los problemas que está trayendo consigo la puesta en marcha de esta nueva ley es la molestia a los vecinos. En El Pópulo, José Mata, propietario de tres bares de copas (Archivo de Indias, Taberna del Almirante y Pasaje Genovés), reconoce que de madrugada "es un handicap tener en la calle a varias personas hablando y fumando, porque el murmullo puede molestar a los vecinos, aunque aún no he recibido quejas". Entiende que fumar en lugares donde se ofrecen comidas "no es de recibo", pero insiste en que los bares de copas son diferentes, "porque siempre una copa ha ido acompañada de un cigarro".

Desde que comenzó a aplicarse la normativa, son varias las ocasiones en las que la Policía Local ha atendido llamadas de vecinos denunciando ruidos en la calle. Y al llegar, han comprobado que se trataba de una aglomeración de personas en las inmediaciones de un bar, cigarrillo en mano. Unas tertulias improvisadas en plena acera que a determinadas horas causan lógicas molestias a quienes quieren descansar. "Intenten hablar más bajo, que se están quejando los vecinos", suelen decir los agentes en estos casos. Hasta el momento no suman en la Policía Local muchas intervenciones por esta causa; pero desde la Jefatura gaditana se teme que cuando el tiempo mejore los problemas de convivencia entre fumadores y vecinos de los alrededores de bares, cafeterías o pubs y discotecas serán mayores y el número de llamadas y denuncias crecerá.

También se baraja un aumento de cara a los próximos meses de las solicitudes de terraza o de ampliación de los metros actuales. Las licencias municipales se conceden semestralmente, y ya no se abrirá el plazo hasta junio.

Pero también hay que resaltar que son muchas las personas que están aprovechando la prohibición para dejar de fumar, o al menos intentarlo. En las farmacias lo están notando. En las de San Francisco y San Juan de Dios se han agotado los cigarrillos electrónicos.

Y otro de los efectos colaterales de la Ley se respira, nunca mejor dicho, en los pubs y discotecas, donde el olor a tabaco camuflaba antes otros aromas. Hay quienes dicen que la Ley Antitabaco debería venir acompañada de otra ley, la Antisobaco.

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