El aumento de la demanda y la falta de productos en el Banco de Alimentos, al que se espera que lleguen excedentes a final de este mes o principios de mayo, ha provocado que los Caballeros Hospitalarios hayan tenido que suspender de manera temporal el reparto de alimentos mientras que la Fundación Virgen de Valvanuz ha solicitado ayuda urgente para poder seguir atendiendo a más de un millar de familias gaditanas con víveres.

La actual situación de crisis económica ha provocado que muchas familias gaditanas se acerquen los días de reparto a las sedes de ambas instituciones, la primera en la calle Benjumeda, número 11, y la segunda en la calle Santiago, 10, en las que horas antes se llegan a formar colas con los carros de la compra, en su mayoría portados por mujeres.

La Fundación Virgen de Valvanuz, que facilita alimentos a un millar de familias al año y entrega bolsas de alimentos los jueves y viernes de once de la mañana a una de la tarde, se ha visto obligada a reducir los lotes, ante la falta de productos, y ha realizado una petición de ayuda urgente que ha secundado la comunidad educativa del colegio marianista San Felipe Neri.

Al respecto, el jueves y el viernes pasado, a la hora de comienzo de las clases, se llevó a cabo una recogida de alimentos. Concretamente a los alumnos de Infantil y Primaria se les solicitó que aportaran azúcar, cacao y galletas y a los de ESO y Bachillerato leche, aceite, tomate frito, lentejas, garbanzos y pasta.

Una de las religiosas de la Pequeña Compañía de Jesús, responsables del centro, con las que colaboran unos 40 voluntarios, afirma que alrededor de un millar de familias al año reciben alimentos, pero que en los últimos meses se han visto desbordados por la demanda, lo que les ha llevado a tener que comprar productos básicos como leche, cacao y tomate frito, hasta quedarse también sin medios para adquirirlos.

De todas formas, el pasado viernes, con lo recogido a iniciativa de unas voluntarias a las puertas de tres grandes superficies, la donación de un particular y lo recogido entre los alumnos del colegio marianista se repartieron unos lotes que incluían aceite, pasta, arroz, legumbres, leche, leche en polvo, galletas, tomate frito, azúcar, café, harina y cacao, con cantidades en función del número de integrantes de cada familia.

Al actual incremento de la demanda se une la falta de víveres en el Banco de Alimentos de Cádiz, que incluso ha llegado a pedirle posibles excedentes a otros, dado que sus habituales proveedores son en su mayor parte industrias de la Unión Europea que también han reducido sus envíos.

Por ese motivo en la Fundación la preocupación aumenta por la proximidad del verano, cuando las vacaciones influyen también en las donaciones, hasta el extremo de que en julio y agosto, no se reparten alimentos por lo que se intentan reforzar los lotes de los meses anteriores.

Para paliar la situación las religiosas de la Pequeña Compañía de Jesús y los voluntarios abogan por promover campañas como las que se llevan a cabo durante las fiestas navideñas, que mantienen durante el año algunas cofradías y hermandades.

Con la Fundación, que dispone de una aportación anual de la Junta de Andalucía, colaboran económicamente unos 200 socios, que fijan una cantidad mínima, aparte de contar con ayudas de Diputación, la Fundación Comes y el Colegio de Médicos, entre otras.

Aparte cada jornada, de lunes a viernes, de 19,30 a 21 horas, se sirven una media de 140 cenas, en turnos de 22 personas, a las que acuden sobre todo hombres, a los que los sábados, al permanecer cerrado el comedor, se les sustituye la cena por bocadillos.

El menú de la cena del pasado jueves estaba formado por un guiso de patatas en alcauciles, empanadillas de carne, que aportó como refuerzo un grupo de colaboradoras, con guarnición de verduras, y una naranja.

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