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Cádiz

Buenos vientos, marineros

  • Cádiz despidió al buque escuela 'Juan Sebastián Elcano' en una calurosa mañana marcada por las lágrimas de los familiares de los tripulantes

Calor, lágrimas, emoción. Un bosque de manos alzadas despedía una vez más desde el puerto de Cádiz, su Cádiz, al buque escuela Juan Sebastián Elcano en su 87 crucero de instrucción. En el muelle gaditano, la pequeña Paula lloraba ya la ausencia de su "tito", Rafael Carranza, un marinero de Sevilla capital que zarpaba por segunda vez en el bergantín goleta. Respondía, con desparpajo, a quienes le decían que en solo cuatro meses estará de vuelta: "Para mí es toda una eternidad". Allí estaba toda la familia. La novia, Mónica, se quejaba del "poco tiempo" que había tenido para estar con él desde que llegó el 6 de julio. Muy cerca, Sandra Ardiles, una boliviana afincada en Cádiz cuyo hijo, Bismarck Jigena, peruano y marinero, partía ayer por tercera vez a bordo del Elcano, adornaba de pasión sus palabras. "Su padre es oficial de la Marina boliviana y fue guardiamarina del Elcano en 1986. Es una historia de amor y cariño por el barco, que vemos como algo de la familia. Es la embajada de España en el mar", manifestaba.

También allí, Jaime Aparicio despedía a su hijo, teniente de navío, con la hija de éste, Casilda, en brazos. Los familiares avisaban tras la valla de protección a Jesús, de 25 años, ya embarcado, de que los estaban entrevistando para salir en el Diario. Venían desde San Fernando para decirle adiós. Su novia, Paula, no soltaba el pañuelo de papel. Le quedaba la esperanza de verle antes del 20 de diciembre, fecha de regreso del barco a Cádiz. "Iré con otra de las novias a Cabo Verde", aseguraba. Y es que atrás quedaron los tiempos de largas esperas de las novias de los embarcados. Aija, la prometida de Bisrmarck, irá a verle cuando haga escala en Praia (cabo Verde).

En la antesala de la partida el almirante de la Flota de la Armada, Francisco Javier Franco Suanzes, recibía a bordo del velero a numerosas autoridades civiles y militares, entre quienes se encontraban la alcaldesa accidental, Ana Fernández, junto a los concejales del Equipo de Gobierno Eva Tubío, Adrián Martínez de Pinillos, Laura Jiménez, Ana Camelo y María Romay, además del diputado por Cádiz de Unidos Podemos, Juan Antonio Delgado Ramos. Igualmente se encontraban el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz; el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre; la diputada del Partido Popular, Teófila Martínez; y el diputado de Ciudadanos, Javier Cano. Tras departir en la cámara del comandante, la mayoría de las autoridades dejó el buque escuela para embarcar en el patrullero Vigía y así acompañar desde el mar y hasta el Faro de las Puercas la salida del Elcano. Justo al mediodía, cuando el sol estaba comenzando a apretar, dos remolcadores ayudaban al buque insignia de la Armada a apartarse del cantil del muelle. El izado de la bandera española provocaba muchos aplausos entre el público. En el barco ya lucía el pendón morado de la ciudad, incidiendo en su vinculación con Cádiz.

Zarpaba hacia Lisboa al mando del capitán de navío Victoriano Gilabert Agote y con una dotación formada por 23 oficiales, 22 suboficiales, 130 militares de la escala de Marinería y Tropa y cuatro maestros civiles. Además, 47 guardiamarinas pertenecientes a la 418 promoción del Cuerpo General y la 148 de Infantería de Marina. Desde el muelle, la edil de Juventud, Fiestas y Participación Ciudadana, María Romay, mientras grababa con su teléfono móvil la maniobra de salida, resumía el sentir de quienes allí se encontraban: "Buenos vientos, marineros".

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