Tan sólo les une su pasión por las motos clásicas, y más, por la histórica Vespa. El motoclub Vespas&Clásicas Bahía de Cádiz ha organizado para este domingo, un año más, una macroconcentración en la que este tipo de vehículos de dos ruedas son los auténticos protagonistas.

Rafael Ramírez es uno de los más fieles y activos seguidores de este club de moteros y espera que es te domingo se den cita en la capital más de medio centenar de personas, "una cifra que podríamos superar, dado el éxito obtenido en la edición del año pasado en la que nos acompañaron personas procedentes de toda la provincia y de buena parte de Andalucía".

Se trata de una jornada de convivencia y de lucimiento en la que estos amantes de la Vespa darán brillo a sus vehículos antes de ser expuestos en varios puntos de la capital.

Rafael Ramírez cuenta que el motoclub tan sólo cuenta con dos años de vida pero que ha sido un período "más que suficiente para saber cuántas personas hay a nuestro alrededor con mi misma pasión". Rafael Ramírez, que cuenta en su haber con varios reconocimientos en el mundo del motor, comenta que uno de los objetivos de este tipo de concentraciones es "revivir y preservar algo que consideramos parte de la historia de España". "Es fácil escuchar entre el público que asiste a nuestras concentraciones un ¡mira, mi abuelo tenía una igual que esa!, ya que nuestra pasión engloba siempre a las denominadas motos de toda la vida".

Ramírez advierte que la convocatoria no sólo se ciñe a la Vespa, a pesar de que este modelo sea inevitablemente la reina de la quedada, sino que pueden asistir todos aquellos que posean una moto clásica".

"¿Y de dónde te llega esa pasión por las clásicas?". A lo que Rafael Ramírez responde rememorando esa primera Vespa que su padre, también Rafael, le regaló a los 16 años. A partir de entonces no ha dejado de lado esta pasión, la misma que ha contagiado a su mujer y a sus dos hijos pequeños que asisten con él a las concentraciones moteras.

Este domingo, la intención es iniciar la concentración convocada por el motoclub Vespas&Clásicas Bahía de Cádiz en el Club Viento de Levante, en la Barriada de La Paz, sobre las nueve y media de la mañana. A partir de ahí, una vez inscritos todos los participantes por el precio de 15 euros, la caravana de motos clásicas arrancará rumbo al castillo de Santa Catalina, donde, como es ya tradicional, quedarán expuestas la motos durante aproximadamente una hora y media.

Desde allí, los moteros partirán hacia la Plaza de la Catedral donde aparcarán de nuevo durante un par de horas para degustar cerveza y tapa ofrecidas ambas por el Bar Terraza.

Minutos después tendrá lugar una de las imágenes más tradicionales de este tipo de concentraciones. Todas las motos enfilarán la Cuesta de las Calesas y la avenida principal hasta el restaurante Zona Franca donde vivirán un almuerzo de convivencia y donde, seguro, se hablará de pocas cosas más que de Vespas y motos "de toda la vida".

Rafael Ramírez, que puede haber tenido ya 25 motos en su vida, asegura que Cádiz reúne elementos primordiales para disfrutar del "placer de ir en moto". "Hoy tengo cinco motos: dos Lambrettas y tres Vespas, algo que me permite Monse, mi mujer, que ya comparte conmigo este amor por las dos ruedas".