Confirmado en el BOE: la ley contempla el adiós de los ciclistas por carretera con el cambio de arcenes por carriles bici
La nueva Ley de Movilidad Sostenible permite suprimir arcenes para crear vías ciclistas adyacentes
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La seguridad de los ciclistas en carretera sigue siendo una de las asignaturas pendientes del tráfico en España. Cada año se registran decenas de accidentes graves en los que se ven implicadas bicicletas, la mayoría en vías interurbanas donde el margen de protección es mínimo y los arcenes, muchas veces, inexistentes o deteriorados.
Ante esta realidad, el Gobierno pretende dar un paso más hacia un modelo de movilidad segura y sostenible, aunque la medida recién publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha despertado debate entre los usuarios habituales de la bicicleta.
La publicación del proyecto de Ley de Movilidad Sostenible confirma una modificación clave: se permitirá eliminar o reducir los arcenes en determinadas carreteras para construir carriles bici paralelos. Una medida que, aunque nace con el objetivo de reforzar la seguridad y fomentar el transporte no contaminante, podría suponer en la práctica un espacio más seguro para los ciclistas durante sus desplazamientos en carreteras.
Qué dice el BOE sobre la nueva normativa
El pasado de 10 de octubre se actualizó el BOE y apareció en él lo que se recoge en el Reglamento General de Carreteras.
"En carreteras multicarril y carreteras convencionales con una intensidad media diaria reducida en las que se considere especialmente conveniente incluir un itinerario ciclista o dar continuidad a uno ya existente, para la ejecución de vías ciclistas adyacentes a las carreteras del Estado podrán disminuirse o suprimirse los arcenes preexistentes, justificando que no se perjudican las condiciones de seguridad viaria o la adecuada explotación de la carretera".
La medida forma parte del nuevo marco legal que el Gobierno impulsa para modernizar el transporte y promover la intermodalidad sostenible entre núcleos urbanos. En este contexto, el Ministerio de Transportes defiende que el cambio busca dotar de mayor coherencia y continuidad a la red ciclista nacional y reducir los conflictos de tráfico entre vehículos motorizados y ciclistas.
Un cambio con implicaciones directas
Sin embargo, la disposición ha generado preocupación en parte del colectivo ciclista, especialmente entre quienes utilizan las carreteras como espacio habitual de entrenamiento o desplazamiento. La clave está en la posible aplicación de la señal R-427a —aquella que designa un carril bici de uso obligatorio—. Si se instala en los nuevos itinerarios adyacentes, los ciclistas quedarían obligados a circular exclusivamente por ellos, perdiendo el derecho de hacerlo por la calzada principal.
En la práctica, esto podría significar que muchos tramos de carretera queden vedados para la circulación de bicicletas, sustituidos por carriles específicos cuya calidad o mantenimiento dependerán de cada administración.
Seguridad frente a libertad de circulación
La ley insiste en que toda supresión de arcenes deberá estar "debidamente justificada" y acompañada de estudios que garanticen que la seguridad vial no se verá comprometida. La norma no prohíbe expresamente la circulación de bicicletas por carretera, pero abre la puerta a que en la práctica quede muy restringida en aquellos puntos donde se construyan itinerarios ciclistas adyacentes.
Con esta ley, el Ejecutivo busca consolidar un modelo de transporte más sostenible y alineado con los objetivos europeos de descarbonización. Sin embargo, su aplicación podría reconfigurar por completo la convivencia entre coches y bicicletas en el entorno interurbano.
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