La Bolsa se desploma, la prima de riesgo española alcanza su récord, más de 54.000 onubenses figuran en las listas del paro, Zapatero con un pie en Las Marismillas y otro en la Moncloa, pero la Plaza de la Merced está hasta la bandera, como reza el tópico. También los hoteles y restaurantes, por mucho que los precios hayan aumentado aprovechando el Efecto JT. El acrónimo triunfa. Los números de su caché marean, aunque aun así las cuentas cuadran de sobra. Lo del aforo del coso es cosa aparte, un misterio por analizar y un arcano a resolver. Nos aguarda también El Juli el sábado. Buen cartel en estas Colombinas, completo y nutrido, con un poco de allá y acá.

Observando el ruedo, mucho famoso con méritos y deméritos, pero muchos más aspirantes a alcanzarles. Ellos sabrán del porqué del sabor de la gloria efímera del couché. La elegancia es cuestión aparte, que no cosa del vestir ni del pañuelo a la vista en el bolsillo de la chaqueta, sino de saber estar y de saber hacer. Y de estar callado. En el albero, pase va y viene con el corazón encogido y los vellos como escarpias. El animal embiste dócil mientras en el callejón retumba el golpe de sus pezuñas contra el albero y el olor de su sangre se condensa en el aire. Calor en el ruedo y los tendidos, tarde de abanicos y miradas oblicuas, acaso furtivas.