El Cid

“Quiero sumar este año la quinta Puerta del Príncipe para igualar a Espartaco y a Curro Romero”

  • Torea su quinta corrida en el Domingo de Resurrección y se ha convertido en un clásico en el abono de la Maestranza

—Qué supone torear por quinta vez en el Domingo de Resurrección?

—Estoy muy contento. Estar anunciado el Domingo de Resurrección es un lujo y más siendo sevillano. Me siento orgulloso. Es un cartel muy rematado y atractivo. Espero que la corrida ayude y demos una buena tarde.

¿Qué sensaciones tiene?, ¿qué espera?

—Tengo en mente cuajar un toro y demostrar el buen momento en el que me encuentro. Ojalá me salga un toro que embista 20 veces, estar bien y matarlo bien para conseguir la Puerta del Príncipe soñada y codiciada. Quiero sumar este año la quinta Puerta del Príncipe para igualar a Espartaco y a Curro Romero.

¿Por qué todos los toreros se obsesionan con el Domingo de Resurrección?

—En los viente últimos años se ha convertido en una de las corridas más importantes de la temporada taurina en España, junto a la Beneficencia de Madrid y a la goyesca de Ronda. Cualquier torero le gustaría torearlas al menos una vez en su carrera. Yo, afortunadamente, lo he hecho y supone una recompensa al esfuerzo realizado delante del toro.

—Valore el cartel de hoy.

—Es muy bonito. Tanto Morante como yo somos sevillanos y Manzanares se identifica con la afición sevillana. Es de los más rematados de los últimos años. Son dos toreros que se merecen estar. José Antonio ha hecho una apuesta fuerte con lo del mano a mano conmigo. Es un torero muy del gusto de la afición sevillana y José María es el triunfador de la Feria de Abril del año pasado. Por mi parte, vengo haciendo méritos para estar. Verte anunciado en la primera corrida de abono de la temporada es muy importante. A mí me traen muy buenos recuerdos otras tardes de la corrida del Domingo de Resurreccción.

—De sus compromisos en este abono, ¿cuál le inquieta más?

—Todos. Porque todos son importantes y en todos ellos hay incertidumbre. Nunca sabes qué va a pasar. Son especiales. La plaza de Sevilla impone muchísimo.

—En el mano a mano con Morante, ante 'victorinos', ¿quién de los dos tiene más que ganar y que perder?

—Los dos. Somos distintos y nos van a pedir cosas distintas. La de Victorino es una corrida peculiar y difícil. Supone tirar una moneda al aire. A mí me va a pedir el público que coja la izquierda con el toro bueno, el regular y el malo. En el caso de Morante, como torero artista, si no le sale su toro, no pasa nada. Yo voy mentalizado con todo eso.

—¿De quién partió la idea de este mano a mano?

—De las tres partes. De Morante, de la empresa y mía. Se solucionó rápido. Es un aliciente para la afición sevillana y un valor extra. No es una corrida más. Supone rivalidad entre dos toreros sevillanos.

—¿Ustedes han llevado esa rivalidad más allá del ruedo?

—Nosotros hemos tenido siempre un trato correcto. Y en lo profesional ha sido un pique sano, que siempre hace falta a la Fiesta.

—Con la distancia, ¿qué lectura hace de su temporada anterior?

—Fue muy buena. Toreé 90 corridas. Fui el triunfador de San Isidro y de muchas otras ferias. Con la espada estuve irregular y lo estoy solucionando.

—¿Y qué tiene previsto para este año?

—Torear entre 70 y 75 corridas, dentro de la misma línea.

—¿Habrá alguna gesta?

—Ninguna. Me ofrecí para torear en solitario en Madrid y la empresa no lo ha contemplado. Lidiar seis toros en Madrid será mi última gesta. Este año continuaré con corridas de Victorino. Lo haré en Sevilla, Madrid, Bilbao, Arles, Dax y Bayona.

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