Toros

Cornada grave a López Simón en la tercera de Albacete

Sebastián Castella y Alberto López Simón cortaron una oreja cada uno en un festejo en el que el propio López Simón acabó resultando herido por el sexto toro. Toros de Alcurrucén, bien presentados pero descastados y deslucidos en conjunto. Pitados los arrastres del segundo, cuarto, quinto y sexto.

Sebastián Castella: pinchazo y estocada (oreja); y dos pinchazos y casi entera caída (silencio).

Miguel Ángel Perera: casi entera caída y tres descabellos (silencio); y metisaca y casi entera caída (ovación tras aviso).

Alberto López Simón: estocada (oreja); y fue cogido por el sexto, al que finiquitó Castella de: estocada y dos descabellos (silencio).

En la enfermería fue atendido López Simón de una cornada en el muslo derecho, de pronostico grave.

Tres cuartos de entrada en tarde soleada y calurosa.

Castella llevó a cabo una primera faena de inteligencia y buena técnica ante un manso que sólo respondió cuando le llevaban muy tapado en la muleta, algo que consiguió el francés, que encadenó circulares y naturales impensables, pues el animal sólo quería tablas. Pudo más la capacidad de Castella, que, además de caldear los tendidos, rubricó su obra a la primera. El cuarto no tuvo raza y, por tanto, no dijo nada y no le quedó otra que abreviar.

Perera se estrelló de bruces ante su aplomado y remiso primero. En el quinto sí logró Perera pasajes estimables sobre la mano derecha, aunque lo más emotivo de su actuación fue cuando acortó distancias y se metió entre los pitones del astado, un alarde de valor y firmeza del extremeño, que saludó una merecida ovación.

López Simón demostró en Albacete por qué esta temporada 2015 está llevando su nombre y apellidos. Lo hizo ya en su primero, al que toreó con una quietud, una naturalidad, una relajada verticalidad y un mando fuera de lo común tanto a derechas como al natural. Faena maciza del joven madrileño, que toreó como los ángeles a base de temple y mucha expresión. En el sexto llegó lo peor de la tarde, con la cornada que sufrió López Simón en el muslo derecho cuando iniciaba la faena de muleta. Directo a la enfermería. Se hizo cargo Castella del toro agresor, al que despachó con brevedad.

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