TV-Comunicación

La voz de la madrugada

  • "Hablar por hablar" celebra la próxima semana sus 20 años en antena con una programación especial en la que participarán sus presentadoras más veteranas

"Estar al frente de este programa es como leerte de un tirón 15 novelas o ver 15 películas". Con estas palabras define su día a día en Hablar por hablar Macarena Berlín, la voz de la madrugada de la Cadena Ser. Lleva casi dos años al frente de este programa y asegura que se siente muy a gusto compartiendo cada noche confidencias y secretos con sus oyentes.

Fue Gemma Nierga quien en 1989 utilizó la fórmula que hizo grandes a personajes de la radio como Encarna Sánchez y puso en marcha el programa en Radio Barcelona, una emisora donde estuvo dos años bajo el título de Parlar per parlar. Al pasar a la emisión nacional, el espacio siguió bajo el mando de Nierga hasta finales de los 90 y, desde entonces, han sido varias las periodistas que han tomado su testigo, cada una dejando su impronta y su manera personal de entender este programa de compañía. Fina Rodríguez, Mara Torres y Cristina Lasvignes fueron las presentadoras que precedieron a Macarena Berlín en los micrófonos de Hablar por Hablar.

Todas ellas, a excepción de Fina Rodríguez, acudirán la próxima semana a los estudios de la Cadena Ser para participar en el vigésimo aniversario del programa. En esta semana especial, se recordarán los momentos más emotivos de estos 20 años y se recuperarán de la fonoteca algunas de las llamadas que recuerdan con especial cariño sus presentadoras más veteranas. "Tendremos música en directo y pediremos a los oyentes que hace años compartieron con nosotros sus experiencias que vuelvan a ser protagonistas y nos cuenten la segunda parte de su historia; cómo les ha tratado la vida desde entonces", explica Macarena Berlín.

Si algo destaca la presentadora de Hablar por Hablar es la evolución que en los últimos años ha tenido este espacio. "Se ha ido enriqueciendo y ha vivido una evolución paralela a la sociedad. Los testimonios también han cambiado. Ahora llama la gente para contar problemas que hace diez años eran impensables, como hombres que se sienten desamparados por la ley o relaciones que se han formado por internet", dice Macarena. Y no sólo eso. En la última etapa del programa, la presentadora se siente arropada por la comunidad de 'chatines' que cada noche la acompañan comentando cada momento del programa y dando consejos a las personas que llaman para plantear sus problemas.

"Hace poco una oyente decía que el programa se había vuelto más egoísta porque los que llamaban sólo buscaban contar su historia y no se paraban a dar consejos a los que habían llamado con anterioridad, aunque es algo con lo que discrepo totalmente. En Hablar por hablar encuentras cada noche mucha generosidad. En muchas ocasiones he sido testigo de cómo se forma una ola solidaria en torno a un problema concreto, aunque el equipo del programa es muy cauto al respecto y siempre blinda al oyente porque nunca sabes la intención real de los que acuden a nosotros. A pesar de que el programa sirve como terapia social, tenemos que tener presente que antes de nada somos un programa de radio".

A Macarena Berlín le gusta decir que cada noche anda en la "cuerda floja". Y es que es cierto que, amparados en el anonimato que brinda la radio, hay oyentes que cuentan historias que se mueven en el límite de la legalidad. "Hay temas, como por ejemplo, todo lo relacionado con menores, que tenemos totalmente censurados, y otras veces descartas llamadas que piensas que pueden herir la sensibilidad de los oyentes o que pueden rozar la ilegalidad".

Entre estas últimas, Macarena recuerda la llamada de un hombre que llamó para decir que había matado a su mujer. "Lo primero que le pregunté a mis compañeras es si había cumplido condena y, cuando me dijeron que sí, decidí darle paso porque pensé que su testimonio podría hacer pensar a los oyentes. Fui muy dura con él, aunque siempre con respeto y, cuando él me preguntaba, ¿me entiendes?, me limitaba a responderle: Le escucho. Es algo que recuerdo como un reto profesional y que me hace recordar que trabajo con material muy sensible".

Si algo le emociona son las llamadas de personas mayores que le desvelan secretos que nunca han contado a nadie, ni siquiera a sus más allegados. "Me siento halagada porque me tratan como a alguien muy cercano", dice al tiempo que añade que la noche y la radio hacen de "escudo de protección" para muchos de sus oyentes.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios