TV-Comunicación

"No me importaría incluso presentar algún día el Telediario"

  • El rey de las tardes televisivas reclama su vocación de trabajador incansable y reconoce que tras finalizar 'Aquí hay tomate' vivió unos meses muy duros en el olvido

Se sabía el centro de las miradas y los comentarios en el palacio Albéniz, en la recepción a los premios Ondas, por eso se mostraba extremadamente tímido, recogido en sus gestos y deseoso de que pasara cuanto antes esta marejada del galardón de Radio Barcelona que le ha puesto en la picota. Jorge Javier Vázquez reconoce que el varapalo de Aquí hay tomate le hizo vivir experiencias personales que desconocía y que sin haber sido reenganchado como una estrella en Telecinco, su actual Sálvame le ha revalorizado, mal que les pese a sus detractores.

-En resumen, 'Sálvame' parece que le recogió de un infierno personal, cuando los teléfonos se callan y sólo vislumbra espaldas y silencios...

-Sí, Sálvame ha sido mi tabla de salvación. No puedo negar que después de finalizar Aquí hay tomate lo pasé mal y que durante ocho meses estuve en Barcelona, con los míos, desconectado, y ya sé lo que pasa cuando no te llaman o no se acuerdan de ti. Cuando desde La Fábrica de la Tele me encargaron presentar Sálvame, me salvaron. De todo este proceso salí renovado.

-¿Reconoce que su premio Ondas ha sido discutible y discutido?

-Todos los premios son discutibles, pero yo no me he parado a pensar si me lo merezco o no. ¿Sabes lo que pasa? que yo me dedico sólo a trabajar, a hacer televisión, y lo demás es secundario. Quiero ya poner ya un punto y final a esto de los Ondas, a seguir con mi rutina y dejarme de tantas entrevistas.

-Ya ve. Ha probado de su propia medicina...

-Sí, ja, ja. Es verdad, estoy probando de mi propia medicina.

-¿Se ha sentido perseguido? Por ejemplo, por los programas de La Sexta.

-No. La verdad.

-Este verano, por tanto, regresó a las tardes de Telecinco, aunque parece que sin que se albergaran grandes esperanzas en usted.

-Cuando me llamó Adrián, de la productora, yo sabía que teníamos que hacer una faena de pico y pala, sumando décima a décima, pero un día nos despertamos con un 20% y ya no paramos.

-¿Qué convierte en éxito a 'Sálvame'? ¿La improvisación?

-No lo sé. Supongo que la manera que tenemos de entretener al público durante tres horas. Te aseguro que yo sólo llevo en las tarjetas las entradas de los vídeos y que todo lo demás que se dice y ocurre es absolutamente improvisado. Eso convierte a Sálvame en un programa muy divertido.

-¿Y esas idas y venidas de los invitados?

-Tenemos un plató pequeño para tantas horas. Nos asfixiábamos, así que de la pobreza hemos convertido la virtud de tener libertad de movimientos.

-Y estamos ante un programa de "neorrealismo", según ha acuñado usted.

-Sí, es así. El término ha calado. Sálvame es neorrealista, es un río de vida. Creo que el término telebasura está obsoleto y los críticos deberíais cambiar ese cliché.

-En lugar de 'telebasura', en nuestras páginas preferimos hablar de 'tomateo'...

-Pues Aquí hay tomate creó un estilo que han copiado otros.

-Con lo vivido en los últimos años ¿Usted está de vuelta de todo?

-He conocido de todo y yo lo que quiero es trabajar, meterme en el plató a hacer horas de televisión. No me importaría incluso presentar algún día el Telediario. A mí me encanta una frase de Onassis, "hay un mundo mejor, pero es mucho más caro".

-¿Lo más raro que ha hecho en estos meses?

-El otro día me puse a barrer el plató.

-¿Qué tal Paz Padilla, su sustituta y apoyo?

-Ella es genial.

-¿Ficharía para su programa a Pilar Rubio, como ha dicho?

-No depende de mí, pero Pilar Rubio me parece una reportera estupenda que sabe estar.

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