Existe un paradójico debate social sobre si las obras de arte callejero deberían tener derechos de propiedad e imagen o si pertenecen intrínsecamente a la comunidad que las contempla. Documentos TV, en La 2, dedica esta medianoche un reportaje al respecto a través de la enigmática figura de Banksy y el destino de una de sus obras más controvertidas.

La noche del 26 de junio de 2018, casi tres años después del ataque contra el Bataclan, la cámara de la sala registra cómo un encapuchado, con un spray de pintura en mano, vandaliza la puerta de emergencia por donde escaparon las víctimas del atentado, mientras los terroristas les disparaban.

Se había oído que "Banksy estaba en París", recuerda el experto en arte urbano Nicolas Laugero. “Una nueva obra de arte, atribuida al artista británico Banksy, se ha descubierto en una puerta trasera de la sala Bataclan”, señalaban los informativos a la mañana siguiente. “Y, entonces, aparece La niña triste”, cuenta Laugero.

Se trata de una obra de arte callejero muy potente que “se ha convertido en el símbolo del barrio en memoria de las víctimas del 13 de noviembre”, explica Florence Jeux, gerente de la sala Bataclan. La niña triste representaba a la perfección los sentimientos de toda una comunidad. Sin embargo, unos pocos tan solo veían el lado más rentable de este estarcido asignado a Banksy, reconocido ya por muchos como el Picasso del siglo XXI. La misma cámara de Bataclan grababa, unos meses después, cómo tres personas arrancaban la puerta con La niña triste y se la llevaban.

"Se puede robar una obra de Banksy, pero esa no", exclama el experto Laugero. La indignación es mundial. Tras meses de investigación de las policías francesa e italiana, la obra apareció en una casa de campo del centro de Italia. Sin embargo, paradójicamente, La niña triste no vuelve a la calle. Esta icónica obra de arte callejero se encuentra en el centro de una disputa legal a la espera de que la justicia diga de quién es. Banksy y su niña robada es una trepidante historia sobre las contradicciones del propio Banksy y del arte urbano, ilegal, anónimo, efímero y antisistema.