De vuelta

Los empleados no son más buenos que el pan en el regreso de 'El jefe infiltrado'

El directivo de Forno de Lugo en 'El jefe infiltrado'

El directivo de Forno de Lugo en 'El jefe infiltrado' / La Sexta

Jefes que se disfrazan para saber cómo funciona de verdad sus negocios. Conocen así a los buenos y a los malos trabajadores, se acercan a su realidad, que a veces es desoladora. El jefe infiltrado vuelve con nueva temporada a La Sexta, a las 22.30.

Es un formato de Boxfish que en esta nueva andadura retrata el funcionamiento de una franquicia de heladerías, L’Antiga Valenciana, unas innovadoras tintorerías UrbanClean o el funcionamiento de renovados parques de ocio, Flipa Jump.

El lavado de coches de lujo o el rescate en carretera (Grúas Barragán, con vehículos capaces de remolcar autobuses) serán otros de los sectores en los que cada semana un propietario o directivo se infiltrará bajo una identidad falsa entre sus equipos de trabajo. Toro Burger es otra de las firmas hosteleras que aparecerán en esta séptima tanda junto a otra marca de restauración, La Mar de Gambas.

En la entrega de esta noche el jefe infiltrado es Héctor Pérez, gerente de Forno de Lugo, una cadena de panaderías gallega que tratará de comprobar que en algunas de sus panaderías, precisamente, el horno no está para bollos.

Uno de los momentos de 'El jefe infiltrado' de hoy Uno de los momentos de 'El jefe infiltrado' de hoy

Uno de los momentos de 'El jefe infiltrado' de hoy / Atresmedia

Esta firma ayudó al traslado de refugiados ucranianos en el inicio de la guerra.

El programa explota el morbo de cómo será el ajuste de cuentas de los jefes, con identidad falsa y normalmente como desorientados becarios o torpes novatos, ante los compañeros que los han tratad con paciencia o con malas formas. Lo habitual es la moraleja sana y el reconocimiento aunque ha habido más de una historia que ha sido un punto de inflexión negativo. Las historias personales, en todo caso, están garantizadas.

Sobre el programa del Forno de Lugo la cadena precisa que el jefe se enfrentará a que "el horno no está para bollos, que en otras hay pan sin sal y trabajadoras sin sangre, que en el obrador hay panaderos de fermentación lenta y en las ferias hay clientes muy quemados".

Este empresario gallego de éxito empezó vendiendo pan con su furgoneta en las ferias. Al cancelarse estas celebraciones con la pandemia, decidió abrir su primer local. Actualmente, cuenta con 18 tiendas, más de 100 empleados y se ha convertido en uno de los más destacados representantes de la gastronomía de Galicia. Diecisiete años después de empezar a vender pan por toda España, el jefe se infiltrará entre sus empleados haciéndose pasar por Robert, un ex camionero que compite en el falso concurso Yo me bajo aquí.

En el obrador trabajará con un panadero cuyas unidades de medida para elaborar las delicatessen gallegas son "más o menos", "aproximadamente" o "a ojo". Se infiltrará también con una dependienta de sus panaderías y tendrá que actuar rápidamente para evitar que un producto tan exquisito y medido como es el pan tradicional gallego acabe, literalmente, por los suelos.

Aprovechará para trabajar en una de las ferias donde venden todo tipo de productos tradicionales de Galicia. La inexperta feriante con la que trabajará es todo voluntad, pero la falta de experiencia se verá reflejada a la hora de atender a los clientes.

Por último, también se infiltrará en una de las panaderías del centro de Madrid. Allí será recibido nada más llegar con música más propia de una discoteca que de una panadería tradicional y se las tendrá tiesas con su trabajador.

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