EL baloncesto, lamentablemente, se ha convertido en un deporte semi-invisible en la televisión en abierto. No hay ventanas temáticas, en los informativos las noticias de la canasta pasan, si acaso, de refilón, y los agónicos encuentros de la selección de circunstancias de cara al Mundial, partidos que se están ofreciendo en Teledeporte, no son promocionados ni se anima a la audiencia. El baloncesto se ha convertido en un deporte acotado a las plataformas de pago justo cuando hay más calidad en las canchas españolas y la liga femenina se difumina en la parrilla de TVE.
El fallecido entrenador Pedro Ferrándiz evoca la etapa más voluntariosa de un deporte que ha dado tantas alegrías a los espectadores.
En los años 60 y 70 las retransmisiones, dentro de la programación que existía, eran relativamente abundantes, siguiendo los pasos sobre todo del Real Madrid europeo, dirigido por Ferrándiz y después por Lolo Sainz, unido a la memoria de los niños de la transición junto a Brabender, Walter, Luyk, Cabrera o Corbalán. El éxito de Díaz Miguel con la selección no se entiende sin Ferrándiz y el empuje en los años 80 procede de la época en la que los primeros jugadores estadounidenses llegan a España. Y los 80 de la plata angelina son decisivos para cimentar la inmensa cantera de la llamada ÑBA y el auge femenino.
Para que todo eso se formara con el tiempo y se disfrutara del trabajo de Ferrándiz en los televisores en blanco y negro hacía falta que TVE se hiciera eco de este deporte, normalmente a deshoras, quitándole raciones a la programación infantil, lo que vino bien para forjar futuros aficionados.
¿Y aquellos maravillosos Torneos de Navidad de baloncesto del Real Madrid? ¿A que te acuerdas? Pues sigue leyendo...Vente a 1974, que Héctor Quiroga retransmite el partido entre el Real Madrid y North Carolina. Aquí tu entrada --> https://t.co/OPAnFZglHC #FelizJueves pic.twitter.com/dze1brDsii
— Archivo RTVE (@ArchivoRTVE) December 30, 2021
Fue la parcela en la que sonaba la timbrada voz de Héctor Quiroga, fallecido al poco de los Juegos del 84, de José Félix Pons o de Pedro Barthe, que siempre se inclinaba en sus briosas exclamaciones por tonalidades bicolor. El baloncesto comenzó a ser un gran espectáculo gracias a todos ellos. Reducir este deporte a los soportes de pago es limitar el potencial de una disciplina que siempre ha sido emocionante.
Un magnífico documental que continúa la tradición de Informe Robinson.Deja para otra ocasión el análisis del período 84-92 en el que el baloncesto, con todo a favor, se perdió en brumas, celos y egos heridos en el que el ùnico culpable pareció Antonio Díaz Miguel:INJUSTO
— Ramón Trecet (@trecet) January 3, 2021
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