Los caminos se hicieron,
con agua, viento y frío,
caminaba un anciano,
muy triste y afligío a la gloria,
a su bendita madre Victoria,
gloria al recién nacío, gloria.
LLegaron a un mesón,
para pedir posada,
y el mesonero ingrato,
iba y se la negaba, a la gloria
a su bendita madre Victoria,
gloria al recién nacío, gloria.
Yo no doy posada,
yo no doy posada,
a las dos de la noche,
a mujer embarazada, a la gloria
a su bendita madre Victoria,
gloria al recién nacío, gloria.
Si tú traes dinero,
toda la casa es tuya,
pero si no lo traes,
no hay posada ninguna, a la gloria
a su bendita madre Victoria,
gloria al recién nacío, gloria.
La Virgen al oír eso,
se cayó desmayada,
y San José le dice,
levanta esposa amada, a la gloria,
a su bendita madre Victoria,
gloria al recién nacío, gloria.
Y desde allí se fueron,
a un portal recogido,
y entre el buey y la mula,
nació el verbo divino, a la gloria,
a su bendita madre Victoria,
gloria al recién nacío, gloria.
La mula le gruñe,
y el buey le bajea,
y el Niño Dios chiquito,
dormidito se queda, a la gloria
a su bendita madre Victoria,
gloria al recién nacío, gloria.