Semana Santa Cádiz 2019 | El Balance

El salto cualitativo de la Semana Santa

  • La ausencia de cofradías el Miércoles Santo no empaña la mejoría generalizada de las salidas procesionales y de la imagen de la ciudad

Imágenes de la procesión del Santo Entierro

Imágenes de la procesión del Santo Entierro / Marcos Piñero

Hablar de la Semana Santa de 2019 indudablemente conlleva a hacer referencia al tiempo y al Miércoles Santo que no hubo por culpa de ese tiempo. Pero dejando eso a un lado –que ya se comentará– el paso de las procesiones por las calles de la ciudad ha supuesto la evidencia de que la Semana Santa gaditana está experimentando un salto cualitativo que, a priori, se encuentra además en una fase inicial respecto a la altura que puede llegar a alcanzar. La ciudad ha disfrutado de unas salidas procesionales saludables y vigorosas, que confirman una notable mejoría en todos los sentidos y, mejor aún, un futuro todavía más optimista.

Viernes santo

La primera muestra de esa mejoría se localiza en el Viernes Santo. La incorporación de Descendimiento a la jornada supone un soplo de aire fresco que viene a engrandecer un día ya de por sí interesante con bastante público en la calle (posiblemente haya sido el día, junto al Domingo de Ramos, que más público haya presenciado procesiones). La cofradía lució magnífica con los nuevos cinturones anchos de esparto, con las imágenes secundarias del misterio vistiendo ropas bordadas y con un público en la calle que en pocas ocasiones ha acompañado a esta corporación. Se queda ahora un Viernes Santo con cuatro cofradías, que quizás sí requiere un cambio de orden de paso para un mejor partido.

Sí queda pendiente, por contra, una revisión de la Madrugada del Viernes Santo, donde el intervalo de tiempo entre Medinaceli y Perdón provocó una gran desbandada en la carrera oficial y en muchas zonas de la ciudad, lo que juega en contra de la procesión del Perdón.

Carrera oficial

También es evidente la mejoría que ha supuesto la nueva carrera oficial, que permite contemplar una Semana Santa más lucida (por Nueva y la plaza de San Juan de Dios) y que ha subido el nivel estético este año con la presencia de palcos en la calle central de esta plaza; lo que empieza a evidenciar que la carrera debe centrarse en esta zona de San Juan de Dios y Catedral y desechar emplazamientos actuales como Palillero (con su difícil y poco atractivo trazado), Candelaria (con todos los problemas que conlleva con el público) o Santiago (donde las sillas plantean obstáculos y el público sin sillas ocupa el resto de la vía.

Al margen de esto, tiene pendiente este itinerario común de las cofradías gaditanas una larga lista de demandas y mejoras. Empezando por esos cruces de cofradías que siguen dejando escenas poco apropiadas para una Semana Santa que aspira a colocarse entre las más destacadas del panorama nacional (como los pasos transitando sin música o con acompañamiento de palilleras para no afectar a los cortejos que discurrían por la calle central de San Juan de Dios). Queda también pendiente vallar toda la zona de sillas, o por estrechar los pasillos entre los palcos de Catedral, San Juan de Dios (incomprensible que lo hayan puesto a la misma enorme distancia que la Catedral) o Arquitecto Acero.

Los Cortejos

La Semana Santa recién finalizada se ha caracterizado por la buena planta que han mostrado los cortejos procesionales por las calles de la ciudad. En líneas generales, ha sido una Semana Santa vistosa, auténtica, con las filas de capirotes bien dispuestas, con mejoras en las insignias, con estrenos destacados en los pasos, con acompañamientos musicales adecuados, con cuadrillas de cargadores realizando un buen trabajo... Evidentemente hay sus excepciones, con hermandades ancladas en un tiempo pasado y no precisamente para bien; o peor aún, con otras corporaciones que han dado pasos atrás respecto a los cortejos que plantaban en la calle no hace mucho tiempo.

Será ahora el turno de las juntas de gobierno para analizar las estaciones penitenciales, su desarrollo, su organización y sus posibles opciones de mejora de cara al próximo año.

El tiempo

También ha quedado marcada la Semana Santa de 2019 por dos cuestiones. La primera de ellas, ya mencionada al principio, es el tiempo. Con unas previsiones que han variado una enormidad en apenas horas, el Miércoles Santo ha resultado ser la jornada más afectada, con ninguna cofradía en la calle (a excepción de Sentencia, que llegó a poner la totalidad de su cortejo en la calle para luego recogerse de manera apresurada al hacer acto de presencia una débil lluvia). El mismo Sábado Santo se salvó in extremis, cayendo el chaparrón más fuerte de estos días justo cuando la Dolorosa de Santo Entierro había llegado a Santa Cruz.

Eso sí, lo ocurrido este año respecto a los partes meteorológicos, las previsiones del tiempo y las decisiones de las juntas de gobierno debe llevar a un debate sobre si se está actuando de manera responsable o, por el contrario, las cofradías están pecando de un excesivo celo por el tiempo que ha llegado a sobrepasar los límites de lo normal. El Miércoles Santo, por ejemplo, el Caminito anunciaba la suspensión de su salida por un 40% de probabilidades de lluvia (débil y dispersa, en todo caso) que a partir de las diez de la noche bajaba al 20%. ¿Son esos porcentajes arriesgados como para no salir en procesión, máxime cuando la previsión habla de lluvia débil y dispersa, y no de trombas fuertes de agua?

Las visitas

La segunda cuestión respecto a la Semana Santa de este año guarda relación con las diferentes visitas que ha recibido la ciudad en estos días. Empezando por el ministro (en funciones) de Interior, Fernando Grande–Marlaska, que llegó a llamar al paso del Huerto y que también visitó Santa María en dos ocasiones (el Jueves para estar con los cofrades del Nazareno y el Viernes con Expiración); y siguiendo por el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, que volvía a Cádiz otro Lunes Santo para visitar a las cofradías que procesionaban ese día; el alcalde de la ciudad, José María González (especialmente cercano este año a las hermandades, mostrando incluso su preocupación por el percance en la calle San Juan de Dios que afectó desde la noche del Jueves Santo al paso de cofradías); y los grupos de la oposición y candidatos varios a la Alcaldía de la ciudad, que han copado una intensa agenda cofradiera este año. Bueno será si ese interés o esa preocupación no limita a este año electoral y se mantiene en el futuro, sobre todo por esa intención de que la Semana Santa sea reconocida como de interés turístico nacional.

Con todos estos componentes queda de manifiesto que la Semana Santa ha dado un salto cualitativo respecto a los años anteriores, manteniendo una línea ascendente que permite ser optimistas de cara al futuro. No ha faltado público en las calles y sólo se ha echado en falta a las cuatro cofradías del Miércoles Santo y a la del Huerto en la segunda mitad del recorrido (tras regresar de manera apresurada a San Severiano al llegar a Catedral).

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