Plocia y el Compás de Santo Domingo, a reventar. El fervor, en sus cotas más altas. La pasión de la ciudad por su Patrona se hizo de nuevo evidencia en un día no festivo pero de festividad. La Virgen del Rosario, como cada 7 de octubre, recordó a la ciudadanía quién es la Alcaldesa Perpetua de Cádiz.

El padre Pascual Saturio, prior dominico, ejercía de maestro de ceremonias explicando a los fieles detalles curiosos de la devoción por la Virgen y rezando los Misterios Gozosos mientras en el patio del convento de Santo Domingo se formaba el largo cortejo que iba a preceder al paso de Nuestra Señora del Rosario. Allí se produjo un momento especial cuando la banda portuense del Maestro Dueñas dirigida por Javier Alonso interpretó la marcha Eterno capataz, de Juan Bustillos, dedicada a Juan Pidre, quien fuera durante muchos años capataz del paso de la Patrona y que falleciera en mayo. La familia del recordado capataz vivió un momento de gran emoción, especialmente Su hijo Juan, esta vez capataz principal, que pocos minutos después se encargaba, junto a José David Santana, de sacar el paso a la calle.  

El cortejo llegaba a Plocia encabezado por la banda Rosario Coronada de Cádiz, por delante de la cruz conventual y seguido por mujeres de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes de la Diócesis de Cádiz y Ceuta. Luego, una nutrida representación de las cofradías y hermandades de Gloria de la ciudad. Tras los representantes de la Policía Nacional desfilaban varios concejales del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz, con su alcalde, Bruno García, y el edil socialista Manuel Márquez. Y detrás, el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, acompañado por miembros del clero. 

El paso de la Virgen del Rosario, realizado en 1981 en los Talleres de Orfebrería Villarreal de Sevilla, lucía delante el bastón de mando que acredita a Nuestra Señora como Alcaldesa Perpetua. La bajada por el Compás de Santo Domingo se producía a los sones de la marcha Junto a ti, Rosario, de Javier Sicre. Las dos cuadrillas de cargadores tenían por delante unas cuatro horas hasta la recogida.