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Cádiz vuelve a honrar a la Virgen del Rosario recuperando el Voto del alcalde a la Patrona ocho años después

El alcalde Bruno García renovando el Voto de la Ciudad a la Virgen del Rosario.

El alcalde Bruno García renovando el Voto de la Ciudad a la Virgen del Rosario. / Germán Mesa

El alcalde de Cádiz, Bruno García, ha vuelto a pronunciar esta mañana de sábado el Voto de la Ciudad a su Patrona, la Virgen del Rosario, después de la ausencia en los últimos ocho años del anterior alcalde, José María González 'Kichi'. El regidor ha asistido con todo su equipo de Gobierno que, junto a la mayoría de los ediles del Grupo Municipal Socialista, han constituido la Corporación, que bajo mazas ha llegado a la iglesia conventual de Santo Domingo para asistir a la ceremonia presidida por el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornozal que se dirigió a los fieles ante el paso con la imagen de la Patrona que procesionará por la tarde. 

Dos toques de campana del padre Pascual Saturio, prior de los dominicos y guardián del templo que acoge a la Patrona, dieron paso al cántico de alabanza a la Virgen antes de que el obispo se encomendara a la Virgen del Rosario poniendo en Ella "nuestros propósitos de ser buenos". 

"Hoy, siete de octubre, fiesta de nuestra Patrona, el Excelentísimo Ayuntamiento de Cádiz vuelve a asistir a esta cita ineludible de nuestra ciudad con su historia, su identidad y su tradición" Así iniciaba el alcalde la renovación del Voto de una ciudad que encuentra en la Virgen del Rosario "su devoción, amparo, consuelo y esperanza".

Bruno García manifestó que "en nuestra Virgen del Rosario muchos gaditanos y gaditanas encontramos un símbolo de mucho de lo bueno que significa ser de esta bendita ciudad: la hospitalidad de nuestra gente con aquellos que vienen de fuera, sean cuales sean las circunstancias, la generosidad de unos con los otros, el ayudarse como hermanos y hermanas en momentos difíciles y la cálida sonrisa de los hombres y las mujeres de un Cádiz que mira al futuro con esperanza y el firme propósito de luchar por su tierra, por su gente".

García hizo hincapié en "la impronta de la Virgen del Rosario que, como testigo de nuestro pasado, nos recuerda las grandezas de las que es capaz nuestra sociedad. Una sociedad ávida de oportunidades y de poder trabajar para que la realidad de Cádiz se corresponda definitivamente a la altura de su gente, al valor incalculable de su cultura y, sobre todo, a la incombustible fuerza regeneradora que mueve y transforma a la sociedad gaditana".

El primer edil renovó "aquel voto de gratitud realizado a perpetuidad por el Cabildo Municipal el 8 de noviembre de 1730 para rogar por el fin de la terrible epidemia que diezmaba la población de la ciudad". Y enlazó dos periodos históricos "con el recuerdo aún vivo de la terrible epidemia del COVID-19 y de los gaditanos y gaditanas que ya no están con nosotros, reconocemos el orgullo que tienen muchos gaditanos y gaditanas este siete de octubre al acudir con alegría y esperanza, como tantos otros siglos atrás, al Santuario de nuestra Patrona".

Bruno García concluyó asegurando que "de este modo, buena parte de la ciudadanía continuará, por muchos siglos, poniendo en sus manos sus anhelos y preocupaciones, sus alegrías y sus logros para que sigan encontrando en el convento de Santo Domingo el Corazón de Cádiz. Así sea".

El obispo Zornoza destacó en su homilía el compromiso de Cádiz con su Patrona y con "una historia de gratitud por sus favores, que son muchos". El prelado recordó que tras la bondad y la alegría de Cádiz ante los visitantes hay "mucho sufrimiento", de ahí la fe que tienen muchos gaditanos en el amparo de la Virgen del Rosario.

Llamó a mirar a la Virgen como un ejemplo "ante la secularización y el individualismo imperante, que deja a muchos sin alma y desvinculados de la sociedad". Por eso "dejemos que la Virgen del Rosario sea nuestro alivio en la aflicción". 

La eucaristía contó con las ofrendas del Ayuntamiento de Cádiz (realizada por el propio alcalde), y las hermandades de los Santos Patronos y del Rosario. 

Tras finalizar la ceremonia quedaron abiertas las puertas del santuario para que los gaditanos pudieran ver a la Virgen en su paso exornado con los tradicionales nardos. 

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