Las vísperas de la Semana Santa se abrazan con muchas ganas. Hay ansias cofradieras de quienes han esperado todo un año para ver de nuevo en las calles la manifestación popular y religiosa de las cofradías gaditanas. En Sagasta, exterior de la iglesia de San Lorenzo, este deseo de incienso, música e imágenes se tradujo en un gentío que aguardaba la salida de la primera de las procesiones de este 2024. Desde que cambió el Viernes Santo por el Viernes de Dolores, la Venerable Orden Tercera de Servitas concita aún más atención si cabe entre el Cádiz cofrade. Porque supone el estreno de lo que tanto se ilusiona. 

Antes de la salida se celebró una eucaristía, que acabó con el cántico mariano 'Salve Regina'. El prior de la Orden, Rafael Guerrero, se mostraba confiado ante los partes meteorológicos que no anunciaban lluvia, pero con cierto temor por el viento reinante y cómo podía afectar al cortejo, sobre todo en los espacios exteriores, y principalmente en la cuesta de Arquitecto Acero a la salida de la Santa Iglesia Catedral. "A partir de las siete de la tarde amaina, según los informes que manejamos", precisaba Guerrero.

Los rostros de siempre demostraban que la de Servitas es una orden muy familiar, donde se hereda el fervor de padres a hijos. Poco a poco se formaba el cortejo formado por 117 penitentes y 40 monaguillos. Ante el altar de San Lorenzo lucía el paso de María Santísima de los Dolores, custodiado por los pasos de las otras hermandades que allí tienen su sede canónica: Afligidos, Penas y Descendimiento. En la candelería del palio, como es ya tradicional, lucía el cirio Lágrimas de Vida animando a la donación de órganos. El paso mostraba sus características piñas cónicas de flores. 

Servitas puso con diligencia su cortejo en la calle. Frente a San Lorenzo podía verse en un balcón una preciosa lona con las imágenes impresas de todas las imágenes que desde allí procesionan en Semana Santa. El palio de la Virgen de los Dolores asomaba a la puerta del templo. Entonces se produjo un más que emotivo momento. Desde un cierro del domicilio de la familia Pastrana entonó una sentida saeta el cantaor gaditano Paco Reyes, en medio de un respetuoso silencio del público.

El ambiente no podía ser más propicio para que el elegante paso de palio iniciara sus andares bajo las órdenes del veterano capataz José Julio Reyero y a los sones de la Banda de Música del Maestro Tejera de Sevilla. Como cada año, la primera marcha que sonó fue la gaditanísima 'Ecce-Homo' del maestro Escobar. La prestigiosa formación musical hispalense enlazó esta composición con una de las más señeras y emblemáticas de la Semana Santa andaluza: 'Amarguras' de Manuel Font de Anta. Con esta marcha giró el palio hacia la calle Hospital de Mujeres. 

La procesión ha estado acompañada todo el recorrido por un numeroso público, quizás más entregado que nunca para degustar un desfile en la calle antes de que se puedan materializar -esperemos que no- los aciagos partes meteorológicos que amenazan las siguientes jornadas. El cortejo llegó a la hora prevista a la plaza de la Catedral, donde la Orden de Servitas iba cumplimentar la estación de penitencia en la Santa Iglesia, abriendo así de la manera más gaditana, sobria y elegante los cortejos de la Semana Santa de Cádiz 2024.