La procesión del Medinaceli el próximo Jueves Santo tendrá un integrante de excepción. Un interno de Puerto III formará parte del cortejo de la cofradía de Santa Cruz, según acaba de comunicar a la hermandad la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Una noticia que hace realidad la aspiración de Medinaceli, que en los últimos meses ha estrechado vínculos con este centro penitenciario y que ha centrado buena parte de su acción social en la ayuda y acompañamiento de estos internos.

La propuesta de que un preso saliera en la noche del Jueves Santo acompañando a Jesús de Medinaceli la planteó hace meses la cofradía, que prácticamente había descartado tal posibilidad para este año por falta de tiempo. No obstante, ha recibido finalmente la autorización del organismo dependiente del Ministerio del Interior, que ha aceptado con agrado el proyecto de la hermandad que contaba también con el apoyo de la dirección de Puerto III.

De este modo, funcionarios de prisiones trasladarán a Cádiz al preso en cuestión en la noche del Jueves Santo para que participe en la procesión, regresando luego al centro de El Puerto de Santa María una vez se recoja. El interno elegido vestirá el hábito de la cofradía, para lo cual ya se ha dispuesto que antes de la salida el director espiritual y párroco de Santa Cruz, Rafael Fernández, preste el sacramento de la penitencia al interno, para a continuación aceptarlo como nuevo hermano “de pleno derecho” e imponerle el escapulario de la hermandad, “para que pueda así vestir el hábito en el cortejo”, tal y como explica el hermano mayor, Benito Fernández.

La cofradía ha dispuesto que el interno forme parte del cortejo procesional, formando parte de esos primeros hermanos, cubiertos con gato, que marchan tras Jesús de Medinaceli, bien portando cruces o con velas. “Nadie sabrá quién es el interno en cuestión”, garantiza Fernández sensibilizándose así la cofradía con el anonimato y la integración de este interno.

La salida en la cofradía de Medinaceli conllevará también la aplicación del denominado tercer grado con control telemático de este interno, que a raíz de su salida del Jueves Santo disfrutará de ese régimen de libertad controlado por una pulsera atada a la muñeca o al tobillo.

Por su parte, la cofradía se ha comprometido con Instituciones Penitenciarias a realizar un seguimiento del interno, ayudarlo en sus necesidades y acompañarlo en el proceso que ahora se inicia para que logre la reintegración en la sociedad. Un reto que en Medinaceli acogen con convencimiento, “indudablemente”.

Este Jueves Santo, por tanto, se inicia una nueva etapa en la historia de la cofradía, que aspira a que cada año se libere (en ese nuevo escenario de tercer grado telemático) a un interno de Puerto III que acompañe a Jesús de Medinaceli durante su salida procesional.