Semana Santa de Cádiz 2022

Viernes Santo en Cádiz: Juan Manzorro acompaña a su Descendimiento por las calles gaditanas

El paso del Descendimiento desfila por la calle Hospital de Mujeres.

El paso del Descendimiento desfila por la calle Hospital de Mujeres. / Jesús Marín

Este Viernes Santo ha sido muy diferente para la cofradía del Descendimiento. Tras algo más de tres décadas con el micrófono de Canal Sur en la mano para contar a los gaditanos todos los detalles de los desfiles procesionales, hoy faltaba Juan Manzorro en el interior de San Lorenzo para narrar la salida de su hermandad. 

En el frontal del paso de misterio, colgaba de la nueva reliquia de Santa Ángela de la Cruz que se estrenaba en esta jornada su medalla. Porque Juan Manzorro, allá donde esté, ha estado presente en la salida de su cofradía, al igual que lo ha estado durante toda la Semana Santa para todas las corporaciones y en la memoria de los cofrades gaditanos que estaban acostumbrados a vivir la Semana de Pasión con un oído puesto en la radio. 

El ritual se inició por la mañana, momento en el que su esposa, Mónica de Ramón, entregó a la Junta de Gobierno, la insignia para que presidiera el paso y acompañara durante toda la estación de penitencia al Señor del Descendimiento. 

En torno a las 18.15 horas, ya se preparaba el cortejo del Descendimiento en San Lorenzo. Con el sosiego que obliga a una hermandad de negro, los hermanos se fueron organizando con suma tranquilidad a la espera de las últimas órdenes antes de salir a la calle. 

Ante el altar, imponía el enorme misterio presidido por las imágenes de Cristo del Descendimiento y de la Virgen de los Dolores, ambas de Francisco Buiza, y coronado por los Santos Varones. De hecho, esta es una de las salidas más complicadas de la Semana Santa de Cádiz debido al tamaño del paso, la estrechez de la puerta, las condiciones de la bajada de las escaleras del templo y la disposición de la propia calle Sagasta. Un cúmulo de circunstancias que obligan cada año a la cuadrilla a realizar un trabajo casi milimétrico para poner el paso en la calle.

Poco antes de las 18.45 horas, el rezo de una oración dio paso a la salida de la cruz de guía. El recogimiento y la sobriedad de esta hermandad se vivió en la propia calle, en la que el cortejo, formado por 80 penitentes,  realizó un rezo permanente del Rosario. 

A las 19 horas, la cuadrilla de cargadores dirigida por David Alejo ya se disponía a llevar el paso hasta la puerta de San Lorenzo. Una estructura metálica servía de guía en la escalera del templo y de punto de apoyo para poder quitarle las ruedas. Poco a poco, fue salvando los obstáculos para superar la puerta con la ayuda de los cargadores que en la parte frontal mantenían el paso a pulso para realizar esta operación, teniendo el máximo cuidado para que los Santos Varones no rozaran con el dintel de la puerta. Un trabajo de precisión que asombra cuando se ve desde la trasera. 

Con el paso ya en la calle Sagasta, y en una ceremonia casi íntima por el recogimiento, David Alejo le cedió el martillo a Mónica de Ramón para dedicarle la primera levantá a Juan Manzorro. Un sentido homenaje póstumo para pedirle fuerza y que acompañe a sus titulares en todo el recorrido hasta realizar la estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral. 

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