Así son las visitas a las obras del Ayuntamiento

“Esto va a tener una categoría muy grande”

  • Más de un millar de ciudadanos ha visitado ya el Consistorio, que todavía en obras enseña los entresijos de la rehabilitación y deja vislumbrar su esplendor

Una de las visitas guiadas al Ayuntamiento.

Una de las visitas guiadas al Ayuntamiento. / Nacho Frade (San Fernando)

"Mi mujer tenía una preocupación: si quitaban la escalera. Ya se ha quedado tranquila". Manolo comenta con sorna uno de los detalles que ha visto en la visita al Ayuntamiento, todavía en obras, como es el estado de la escalera imperial y el aspecto que presenta el lugar tras pintarse con una azul claro que se ha copiado del Palacio Real. "No sabemos qué color original tenía, no ha salido cuando hemos rascado, por eso se ha buscado en edificios parecidos de la época", explica Francisco Márquez, director de obra y responsable con el estudio ALTQ Arquitectura del proyecto de rehabilitación, que está haciendo de guía en los recorridos que en estas semanas se han realizado para dar a conocer el trabajo y la recuperación que está desarrollándose en el histórico inmueble.

"Es muy bonito, la pena es que haya obras todavía y me gustaría haberlo visto terminado", comenta Concha, que es la primera vez que pisa la Casa Consistorial de San Fernando. "Pero así te das cuentas de lo que están haciendo. Si lo ves una vez hecho, no ves todo esto, no aprecias el esfuerzo", tercia Luis, de Sevilla, que se plantea cómo estaría el edificio cuando comenzaron los trabajos.

Cuando la rehabilitación empezó en marzo de 2016 el Ayuntamiento ya había sido objeto previamente de una actuación de consolidación. "Amadeo Rodríguez termina la obra un siglo después de que empezara y hace uso del hierro, algo de la época, pero la estanqueidad provocó que las 90 viguetas se oxidaran. Eso unido al empuje de las bóvedas había abierto el edificio como una granada. De ahí las grietas que pusieron el edificio en crisis de estabilidad: por cada viga había cedido como medio centímetro", detalla el arquitecto, que responde a las preguntas y curiosidades que le expone el grupo durante la visita guiada.

El encuentro empieza en el atrio del edificio, donde se recibe a los visitantes que deben protegerse con chaleco y casco de obra. La alcaldesa les da la bienvenida para destacar el trabajo que se ejecuta para recuperar la monumentabilidad del inmueble, que abrirá sus puertas "mejorado", antes de que Márquez pase a dar los primeros datos sobre el lugar: comienza a construirse en 1777 por Torcuato Cayón, aunque el proyecto sufrirá cambios al continuar la construcción Pedro Albizu, que decide que los patios sean más grandes. Un siglo después, lo retoma Amadeo Rodríguez.

Esa introducción permite al director de obra mencionar algunas de las cuestiones que el proyecto de rehabilitación tuvo que contemplar para ceñirse a las condiciones del concurso al que se presentó y ganó, como la recuperación de la relación entre el Ayuntamiento, la plaza y el Mercado Central. "El pasaje de la derecha, donde estaba la Policía Local, estaba cegado", apunta. Ahora se ha abierto.

Los visitantes avanzan entre operarios que siguen con su tarea, mientras el guía los lleva de un punto a otro para que conozcan los entresijos de la rehabilitación y las razones de cada acción. La planta baja será la zona pública del Consistorio, con atención al ciudadano en la zona del patio de la cárcel. "Se van a acondicionar con mesas altas para que los ciudadanos hagan las consultas", apunta la alcaldesa, Patricia Cavada, sobre una zona que será digitalizada. Francisco Márquez aporta algunos datos curiosos en este patio. "Se han quitado 32 capas de cal hasta llegar al original", dice antes de señalar hacia arriba, a la gran reja que cubre el patio, "un gran trabajo de herrero". En el suelo, unos lucernarios dejan constancia de la función que tenían: ser desahogo para las celdas del sótano donde estaban los hombres, mientras las mujeres estaban en una media planta. Esas mazmorras inferiores se incluirán en un recorrido turístico.

El atrio trasero se ha dejado despejado, con los vanos de los arcos abiertos para que los ciudadanos perciban otras áreas del edificio. "¿Se tapa con cristales?", pregunta una de las asistentes, que recibe una respuesta afirmativa. La gente se mueve para ver esas vistas, y mientras dejan el sitio comentan entre ellos. "Yo conocía este pasillo y nada mas", señala uno de ellos. "La verdad es que no veíamos mucho. Estaba muy dividido en oficinas", menciona José.

"Lo recuerdo muy viejo. Había zonas muy bonitas pero no tiene comparación con como está ahora. Cuando esté terminado será mucho mejor. Impresiona", reconoce Antonio, que ya ha visto la futura ubicación de la biblioteca Lobo (en la planta baja), el antiguo salón de plenos, la Sala Isabelina o el nuevo espacio para los plenos. "Me acuerdo de que esto era el salón de plenos, vine aquí alguna que otra vez. Así está mucho mejor", afirma sobre la eliminación de la bancada que permitirá ahora abrir el balcón hacia la Plaza del Rey. Este rincón del edificio ha despertado la memoria de Manolo, que recuerda que su hija se casó allí. "Me he emocionado", desvela. Mientras habla, muchos de los visitantes aprovechan para hacer fotos con el móvil, muchas con la escalera imperial y su entorno como principales protagonistas.

"Esto va a tener una categoría muy grande. Va a quedar precioso", dice Mari Carmen que baja las escaleras que se han construido en la trasera. "Me ha gustado mucho. Yo conocía parte, de venir a hacer gestiones. Mi hermano (Alejandro Zapata) fue concejal", añade Paco, impresionado como muchos con las soluciones que se han dado para la modernización del edificio, en concreto con las salidas de aire acondicionado. "Es que no se nota", abunda sobre el disimulo que tiene en el antiguo salón de plenos. Satisfechos, los visitantes marchan después de recorrer el Ayuntamiento. "Ha quedado fenómeno", sentencia José Joaquín.

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