La residencia de la Cruz Roja prepara una unidad diurna a sus 25 años
El centro cumple un cuarto de siglo de actividad asistencial en la ciudad con un acto institucional
Más de 50 profesionales -además de los voluntarios- atienden a los usuarios de la residencia de la Cruz Roja, que prepara la apertura de su nueva unidad de estancia diurna para septiembre, en un año en que se cumplen 25 años de su actividad en la ciudad. Ayer responsables de la organización, de las instalaciones, trabajadores, usuarios, familiares, autoridades e invitados disfrutaron de la celebración en un acto en el que se recordó la historia vivida, pero también se miró hacia delante, hacia el futuro.
La cita sirvió de jornadas de puertas abiertas, pues posteriormente al momento más institucional de discursos y reconocimientos -y el visionado de unas imágenes sobre estos años de andadura de la residencia- se realizó un recorrido por distintas estancias. Después llegó el momento del ágape. La residencia y la unidad de estancia diurna compartirán, una vez ésta se ponga en marcha, espacios comunes. Cuenta ya con la autorización administrativa para comenzar su actividad asistencial, concretamente a personas mayores de 60 con distinto grado de dependencia. Como apuntó el director, Antonio Montero, será previsiblemente en septiembre. Ya hay lista de espera de la que se seleccionará las personas que ocuparán las 30 plazas que estarán disponibles. Se sumará a las 120 de residencia que tiene el centro, de las que están ocupadas 92 en la actualidad, lo que hace que la cuarta planta se encuentre cerrada. El concierto con la Junta de Andalucía es de 87, aunque el compromiso de la Administración regional es cubrir el 85% de esas plazas, lo que ha cumplido, explican en la Cruz Roja, al tener completas 74 del total. Las de estancia diurna, en cualquier caso, serán privadas.
El centro de mayores de la Cruz Roja intenta adaptarse a los tiempos, a las necesidades de la sociedad, que, como apuntó Javier García Villoslada, presidente de Cruz Roja Española en Andalucía, "poco a poco envejece". La entidad tiene en Andalucía el reto de prestar mayor atención a dos colectivos muy necesitados como son las personas mayores y la infancia. De uno de esos grupos de población ya cuidan desde hace tiempo en este centro isleño. "Lo más importante es la persona. Somos personas que ayudan a personas, me dijeron una vez", comentó ante el público. También hablaron la delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Miriam Alconchel, que aplaudió el trabajo de la entidad y de quienes colaboran en el centro para que siempre esté lleno de actividad; y el alcalde, José Loaiza, que mostró su satisfacción por la andadura de la residencia y consiguió que los presentes cantaran el Cumpleaños Feliz. Más tarde le tocaría el turno a la rondalla del Centro de Día de Mayores, y a la coral de la residencia.
Para la ocasión, la residencia de la Cruz Roja ha elaborado una revista donde recoge testimonios significativos para la efemérides, de usuarios, trabajadores, familiares, responsables de la organización o personas de ámbitos de la sociedad como el periodismo o la educación. Destaca las palabras de Jesús Martín Almeida, cofundador de la residencia, que recuerda el origen del proyecto: el déficit de viviendas adecuadas y la existencia de muchas poco saludables, donde "era difícil meter a los abuelos porque había pocas habitaciones"; y la reducción o desaparición de pensiones. También incluye las palabras de un residente, Ignacio Bonilla Pérez, el más veterano de las instalaciones, que llegó con su mujer con 60 años y está a punto de cumplir 85. "Vivíamos en un piso en Cádiz, un tercero sin ascensor y mi mujer no podía subir las escaleras", cuenta. Para él no fue duro, y ahora intenta animar a los nuevos usuarios que llegan desanimados. "Les digo que van a estar bien, pero todos necesitan un proceso de adaptación", explica.
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