El delegado de Presidencia no ocultó ayer su alarma y temor ante las consecuencias que puede acarrear para La Isla un nuevo frenazo al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), un documento cuya tramitación -iniciada en 1999- ha seguido una trayectoria realmente kafkiana. 

El PP, de hecho, creía haber llegado a la Alcaldía con el Plan a punto de caramelo tras los últimos trámites llevados a cabo en la recta final del anterior mandato. 

Pero se vio envuelto en una espiral burocrática que se ha prolongado durante más de año y medio y de la que por fin creía haber salido en el pasado mes de septiembre, cuando la Junta le informó de que el Plan, definitivamente, contaba con todas las bendiciones una vez validado el 'documento de continuidad' que recogía las últimas sugerencias y aportaciones realizadas por la Administración autonómica (que ha tenido incluso que ir a pleno dos veces). 

El documento -según Loaiza- solo estaba ya a la espera de su correspondiente publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) para proceder a su entrada en vigor. No obstante, y a pesar de que ya han transcurrido varias semanas, todavía no se ha producido. Hace unos días, el delegado de Desarrollo de la Ciudad, Ángel Martínez, mostró sus quejas por la demora.