Muchos niños con sus padres quisieron saludar a los Reyes Magos en su llegada a San Fernando y acudieron expectantes al Estadio Iberoamericano donde estos tres personajes llegado de Oriente aterrizaron el un helicóptero prestado por la Policía Local para tal evento. Los primeros pequeños en entrar recibieron incluso un regalo inesperado: un balón. El alcalde, José Loaiza, recibía minutos antes de las cuatro de la tarde en nombre de la ciudad. Sus Majestades también se llevaron un regalo, en esta ocasión una camiseta del San Fernando CD. 

Poco después de este motivo recibimiento tuvieron que partir para prepararse para la Cabalgata, aunque ya estaban ataviados con sus llamativas indumentarias. La de Melchor, por ejemplo, estaba diseñada por Manuel Ferreiro Sánchez y confeccionada por Alicia Quintana. 

Numerosas personas abarrotaron todo el recorrido del cortejo, especialmente en la zona final, en el último tramo de Real antes de llegar a la plaza del Rey. Muchas familias optaron por situarse en varios puntos a lo largo de tarde para que los más pequeños pudieran repetir la experiencia de ver el paso de los tres Reyes Magos sentados en sus tronos. Peculiar resultaba verlos colocados bajo la cúpula que adornaba estas carrozas, aunque para quienes quisieran hacer fotos la tarea de tomar la imagen de la cara de estas personas resultara un tanto complicada por las columnas que la sostenían.

Aunque en esta ocasión desde el Ayuntamiento se optara por prohibir el lanzamiento de objetos como camisetas, balones u otros regalos, que otros años sí han realizado si lo deseaban Mechor, Gaspar y Baltasar, los niños y los adultos se lo pasaron de maravilla recolectando caramelos. Hasta diez toneladas estaba previsto lanzar a lo largo del itinerario que comenzó en Avenida Reyes Católicos para bajar por un lado del parque Almirante Laulhé y avanzar recto hasta Hornos Púnicos. 

Un sinfín de personas se apostaron desde temprano en esos primeros metros para ver la salida. Pero los Reyes, la Estrella de Oriente, el Heraldo Real, todos los pajes que formaban la comitiva y los niños y mayores que en otras carrozas y formando parte de los pasacalles componían la cabalgata nunca estuvieron solos. Por supuesto, cuando el séquito terminaba Benjamín López para entrar en Real -donde el suelo en mal estado se ha acondicionado para la ocasión- la aglomeración de personas se hizo más acuciante, así hasta el final del recorrido. Mientras los Tres Reyes, la Estrella y el Heraldo se desviaban para protagonizar la adoración al Niño Jesús del belén del Ayuntamiento, el resto del cortejo -los bailarines  de rosa y de azul, los personajes de Barrio Sésamo y las carrozas de Monstruos, Acosafe, Rompe Ralph,  los Pitufos, la Reina de las Nieves, Nemo, Pinocho o el San Fernando- proseguía unos metros más allá de la plaza del Rey, no sin problemas por la cantidad de gente.